Después del éxito de Skyfall , que recaudó más de mil millones de dólares y se llevó dos Oscar y el BAFTA a la mejor película británica, el agente 007 vuelve este año con Spectre , su vigésima cuarta película.
Daniel Craig encarna a Bond por cuarta vez, y Sam Mendes repite como director.
Lo primero que aparece en pantalla es la frase ‘Los muertos están vivos’. La referencia directa es, por supuesto, al Día de los Muertos que se festeja en las calles de la ciudad de México y donde se desarrolla el plano secuencia de la escena siguiente.
Se trata, sin dudas, de una de las mejores introducciones de la saga del 007. La cámara sigue a un Bond enmascarado y vestido con un traje de esqueleto mientras camina hasta la habitación de su hotel; y en pocos minutos la acción incontenida es un hecho: primero un edificio se derrumba, después llega una persecución al mafioso italiano Marco Sciarra (Alessandro Cremona) por las calles de México y todo termina con una pelea mano a mano dentro de un helicóptero.
Entre puñetazos, el trofeo de Bond es un anillo con la imagen de un pulpo. Esta es la segunda referencia de la frase ‘Los muertos están vivos’, ya que el pulpo es la insignia de Spectre, una organización criminal secreta conformada por personajes que ya habían sido dados por muertos (pero que finalmente están vivos) y a los cuales Bond perseguirá a través de Roma, Marruecos, Londres y los Alpes austríacos.
Agitado y mezclado, pero con estilo
Si bien Spectre es una película clásica del 007 y continúa la fórmula que le dio su éxito, lo cierto es que ya no tiene la nostalgia que le dio buenas críticas a su predecesora ni tampoco responde a las críticas que se le estuvieron haciendo en los últimos años a la franquicia y que la notan envejecida y cada vez con menos de su humor inicial.
Aún así, en cierta medida esta película da cuenta de eso con una trama que sigue la línea de la última entrega de ‘Misión Imposible’. El nuevo jefe del MI5, en este caso, es el encargado de realizar una reorganización de los departamentos de inteligencia británicos que busca dar de baja el programa ‘00′, en el cual se encuentran los súperagentes. Por eso Bond, al igual que Ethan Hunt, se moverá en las sombras para desenmascarar a la organización secreta de la cual nadie está enterado.
Con estos guiones similares, las franquicias veteranas se dedican a hacerle un guiño al público. Como si estuvieran diciéndonos que ya saben que están envejeciendo y que existen nuevas películas –entre ellas, Kingsman (2014), Spy (2015) o El agente de C.I.P.O.L. (2015)- que encontraron la forma de modernizar a los espías secretos y de recuperar el humor que ellos pierden con cada entrega.
Sin embargo, esta nueva Bond, mucho más clásica que su predecesora Skyfall , resulta especialmente interesante para los fanáticos. No sólo porque cuenta con un villano interpretado por el gran Christoph Waltz (y se sabe que las películas del 007 que tienen un buen villano son las mejores), sino porque el nombre de ese villano es Oberhauser, viejo conocido de la saga que tiene una íntima historia con el agente 007.
Spectre, además, no evitará ninguno de los clásicos de Bond. Desde los intercambios histéricos con con Moneypenny (Naomie Harris), salvarse con los inventos de Q (Ben Whishaw) y tomar su dry martini ‘batido, no agitado’ durante una persecución alucinante en autos de lujo y dos nuevas chicas Bond: Madeleine Swann (Léa Seydoux) y Lucia (Mónica Belucci).
Lejos de su fin, se rumorea que el equipo con Sam Mendes en la dirección y Daniel Craig como James Bond sumará al menos una película más a la saga más exitosa de la historia. Aunque también existen rumores de que esta será la última interpretación del no tan cálido Craig. Por ahora son sólo rumores.
Un hombre moderno
Después de más de medio siglo de vida, de sobrevivir a la Guerra Fría, a Irak, a la revolución sexual y de no haber ganado más de seis premios Óscar técnicos a lo largo de toda su historia, James Bond, el agente que nunca muere ni envejece, se las sigue ingeniando para no fallarle al público y seguir manteniendo a su saga como la más exitosa de la historia del cine sin hacer grandes modificaciones.
Aún así, y aunque la incorporación hace unos años de Craig logró modernizar su imagen con la añadidura de las profundidades psicológicas del personaje y una estética más actual, la saga demuestra con cada entrega más síntomas de envejecimiento. El 007 tiene mucho camino por recorrer para ser considerado un hombre moderno.
Estos síntomas se hicieron visibles todavía más en los últimos años con la llegada de películas que, entre el homenaje y la parodia, pusieron en evidencia la misoginia y la falta del humor de los últimos episodios de la franquicia.
Kingsman (2014), con sus trajes a medida, agentes ultra secretos, armas impensadas, malvados grotescos, ‘femmes’ fatales y un humor tan sencillo como sofisticado quizás sea la que más amenaza con destronar al famoso 007. Por el momento, tiene una secuela confirmada para 2017.
DC|LE