No existe nadie en este mundo que no haya conocido la adversidad y el fracaso. Ellos forman parte de la vida y pueden representar la posibilidad para el aprendizaje y el crecimiento, tanto personal como organizacional. De hecho, uno de los atributos fundamentales de la innovación lo constituyen la tolerancia y convivencia con el error, puesto que él es la fuente del aprendizaje, siempre que haya voluntad y disposición de rectificación. No saber leer su mensaje y persistir en él, se convierte en un acto de terquedad y en una gran torpeza, que conducirá inexorablemente a nuevos fracasos.
El País acaba de salir de un gran evento donde, de manera diáfana y tajante, se manifestó la voluntad popular. El Gobierno y el grupo de Partidos del llamado Polo Patriótico liderados por el PSUV, recibieron un claro mensaje del dueño absoluto del poder: EL PUEBLO. Igualmente, lo recibieron las organizaciones congregadas en la MUD.
El Pueblo le dijo al Gobierno que no comparte la manera cómo ha conducido los destinos del País, que debe rectificar. Fundamentalmente en su modelo económico para reactivar el aparato productivo, buscar el acercamiento con el sector privado, los sectores laborales, impulsando un gran diálogo y entendimiento político con los factores opositores para negociar y concertar acuerdos que se traduzcan en Políticas Públicas orientadas a resolver los graves problemas que nos agobian y determinan un clima estresante, poco propicio para vivir en paz, libertad y optimismo; que cese la diatriba, la confrontación política exagerada y permanente, que se dedique a gobernar…., entre tantos otros mensajes que deberán leer e interpretar. Lamentablemente, en el gobierno no observamos intenciones de rectificación, al persistir en atribuir la causa de su fracaso a la contrarevolución, las agresiones mediáticas, económicas, psicológicas y financieras y no, a las erradas políticas oficiales. La designación de la jueza Barreiros como Defensora Pública, la aprobación apresurada de fondos a ministerios y dependencias oficiales, la intención de designar los magistrados del TSJ, la transferencia a los trabajadores de la ANTV, son medidas torpes que traerán nuevos fracasos. El diálogo, la negociación, la reflexión, es la vía, Presidente Maduro.
Por su parte, la dirigencia opositora que ahora pasa a tener el control absoluto del parlamento, ha recibido un elevado cúmulo de poder que tendrá que administrar con sabiduría y humildad, centrando su acción en los problemas del País y no en la diatriba política ni el revanchismo, de lo cual nuestro pueblo está harto. Es preciso consolidar la unidad opositora sobre la base de un compromiso, una visión compartida centrada en los intereses del País y no de los grupos que integran la MUD. Si esto se desvirtúa correrán el riesgo de convertirse en una torre de Babel, por cuya razón, todas sus decisiones importantes deberán enmarcarse dentro de una valoración ética de la política y el sentido de oportunidad para poder acertar. Hay que forzar el diálogo con el Poder Ejecutivo, dentro de la Constitución, para fortalecer el Estado de Derecho. La MUD deberá respetar la dignidad de un pueblo esperanzado que le depositó su confianza de manera contundente. No defrauden sus esperanzas, si quieren reencontrarlo contento a la vuelta de la esquina.
DC / César Ramos Parra / Profesor Universitario / @cesarramosparra