El dueño de una funeraria fue sentenciado el lunes a una semana de cárcel y a entregar su licencia funeraria por dejar 11 cadáveres sin atender y descomponiéndose.
Robert Tate Jr. se dirigió a los familiares de los fallecidos y les pidió perdón, pero no explicó por qué dejó a los muertos en condiciones, que según la junta estatal a cargo de funerarias, «serían ofensivas para cualquier familia o comunidad razonable».
«Ruego a Dios que cada una de las familias afectadas pueda conseguir consuelo», dijo Tate antes de ser sentenciado.
A finales de mayo, las autoridades sacaron 11 cadáveres, entre ellos los de 10 adultos y uno de un bebé prematuro, la mayoría de los cuales estaban almacenados en ataúdes para cremación o en bolsas para cadáveres. Por lo menos uno de los cuerpos llevaba allí cuatro meses, dijeron las autoridades.
La sobrina de un hombre cuyo cadáver fue hallado cubierto de moho se quejó de que Tate trató los restos de su tío como basura.
«Es algo más bien típico de una película de terror», comentó Tiffany Feahr.
Su tío, Fred Winkelman, falleció en abril y debió ser cremado, dijo la mujer. Añadió que la familia empezó a sentir sospechas cuando Tate no devolvió los restos.
El tío, añadió, estaba cubierto con una sábana, sin afeitar y sucio. «Esperamos que nadie nunca tenga que pasar por algo tan terrible», dijo Feahr.
La familia llamó de inmediato a los inspectores estatales. Las autoridades dijeron que Tate colocó sábanas herméticas sobre los cuerpos para que no se difundiera el hedor.
La fiscalía no recomendó una sentencia de cárcel para Tate, pero la jueza Ruth Ann Franks dijo que necesitaba estar confinado para poder reflexionar sobre lo que hizo, señalando que antes le echó la culpa a demoras de los médicos en redactar los certificados de defunción.
La condición de los muertos «violó todo sentido de decencia que la sociedad esperaba de usted», le dijo la jueza.
Ordenó que Tate quede cinco años en libertad condicional y que preste servicio comunitario.
Tate, quien antes no contestó a los cargos formales de abuso de cadáveres, también accedió a no trabajar nunca más en una funeraria y a pagar compensación a dos familias debido a que dejó los restos en una zona sin refrigeración ni aire acondicionado.
El abogado defensor Mark Geudtner señaló que decenas de clientes de Tate, al igual que líderes religiosos, escribieron cartas de apoyo. Añadió que Tate solía prestar servicios gratuitamente a familias pobres, como la de un niño que murió en medio de una balacera hace varios años.
DC|AP