La satisfacción puede llegar a través de acciones «sencillas» que van más allá del sexo: comer, escuchar música, bailar o, simplemente, leer; todo esto se debe a la oxitocina, el centro del placer. El “clímax” que se oculta en todo ser humano.
Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, explica que durante el orgasmo se libera una importante cantidad de oxitocina, logrando mayor placer sexual, además, esta hormona provoca que la relación de pareja sea más estable e íntima.