Leopoldo López publicó en su blog un escrito sobre como ve a Venezuela luego de la victoria de la oposición en las elecciones del 6D. “Esa noche me acosté más comprometido que nunca con la lucha democrática, porque al ver y escuchar a un pueblo gritar consignas a escasos metros de una cárcel militar que se ha convertido en uno de los símbolos de la dictadura sin ningún miedo a represalias, me dije: ha valido la pena, vale la pena cualquier sacrificio por la libertad de nuestro pueblo”, aseveró.
A continuación el texto:
Venezuela después del 6D
Ese día, luego de dos semanas exigiendo mi derecho a votar, pude hacerlo en horas de la tarde. Pese al aislamiento al que estoy sometido pude enterarme esa misma noche de los resultados y no pudo ser de mejor manera. Estaba en mi celda cuando de pronto escucho a cientos de personas que viven en el sector que está al lado de la cárcel gritando “sí se puede, sí se puede”, y me sorprendió mucho cuando, en medio de la celebración, escuché “Leopoldo, amigo, el pueblo está contigo”. Quienes gritaban sabían que iba a escucharlos y que de esa forma me iba a enterar de lo que había sucedido. Lo primero que me vino a la mente fueron las poderosas palabras de arranque de nuestro himno: ¡Gloria al bravo pueblo! y no pude contener la enorme emoción, muy parecida a la que tuve el día que recibí la noticia de que se había fijado la fecha de la elección parlamentaria luego de que, junto a mi hermano Daniel Ceballos y más de 100 jóvenes en todo el país, hicimos una huelga de hambre de casi 30 días para exigirla. Por eso, como pude en medio de la oscuridad, me subí a la ventada de mi celda para tratar de ver a los que estaban afuera celebrando y así gritarles algo. Al principio la neblina no me dejó ver mucho, pero poco a poco se fue disipando y pude ver a la gente feliz celebrando la victoria.
Esa noche me acosté más comprometido que nunca con la lucha democrática, porque al ver y escuchar a un pueblo gritar consignas a escasos metros de una cárcel militar que se ha convertido en uno de los símbolos de la dictadura sin ningún miedo a represalias, me dije: ha valido la pena, vale la pena cualquier sacrificio por la libertad de nuestro pueblo. Pensé en el sufrimiento que han tenido que pasar los venezolanos por culpa de un modelo equivocado, importado, que no se parece en nada a nosotros y que ha tratado de ser impuesto por la fuerza y reflexioné mucho acerca de los venezolanos que en el pasado confiaron en ese proyecto y, defraudados, ahora apuestan por un cambio. Es una obligación de la toda la Unidad comunicarles y hacerlos sentir que ese triunfo es de ellos, para ellos y por ellos.
Al día siguiente ya pude enterarme por medio de mi abogado, de los detalles y de la magnitud de la victoria. Antes de las elecciones habíamos dicho que en esta oportunidad sí ocurriría un plebiscito, no entre opositores y oficialistas, no. Un plebiscito entre todo un pueblo unido y una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática encabezada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Y vaya que fue así y el domingo los venezolanos escribimos un nuevo capítulo glorioso en nuestra historia al doblegar a una dictadura a través de los votos.
El pueblo, consciente de toda su fuerza, se expresó por el cambio de forma arrolladora y no solo votó, si no que defendió su voto hasta el final. Los venezolanos le pusimos la mano en el pecho a una élite que ha buscado hacernos creer que un país distinto no es posible y demostramos que sí se puede.
Antes del 6 de diciembre pude enviar una carta donde mencionaba que ganar la Asamblea Nacional era un objetivo fundamental en el camino por conquistar la democracia y construir La Mejor Venezuela, pero que los venezolanos sabíamos que ese era solo un primer paso. Uno que sin duda que nos obliga, desde la Unidad, a una mayor responsabilidad para estar a la altura de todas las esperanzas y expectativas de nuestro pueblo.