Un nuevo informe que demuestra que las prisiones del estado se encuentran en un estado paupérrimo ha dejado muy mal parado al Departamento Penitenciario de la Florida.
El reporte de 178 páginas publicado el jueves concluyó que las prisiones de la Florida cuentan con pocos empleados, carecen de programas competentes, tienen instalaciones y cercas que se deterioran día tras día y una tasa de reemplazo que lleva a que guardias sin experiencia sean responsables de algunas de las tareas más importantes.
El reporte lo preparó una oficina de investigaciones legislativas y examinó el personal, la seguridad y los problemas de los reclusos en un sistema penitenciario que tiene aproximadamente 100,000 presos. El estudio concluyó que hay más cosas malas que buenas y le dio recomendaciones al departamento y a la Legislatura sobre el modo de enfrentar las deficiencias en las prisiones de la Florida.
El reporte realizó visitas a varias instalaciones penitenciarias y le hizo entrevistas a 284 empleados de las instalaciones, entre ellos a 125 guardias de prisiones, así como a un gran número de reclusos.
Las conclusiones son las siguientes:
PERSONAL Y SALARIO
▪ En los últimos 10 años, el número de guardias penitenciarios disminuyó de 12,099 a 10,973 a pesar de un aumento en la población de las prisiones.
▪ Los guardias ganan un promedio anual de $31,951 y están entre los que ganan un salario más bajo entre los estados más grandes del país. No han recibido un aumento general de salario en ocho años.
▪ La tasa de remplazo ha aumentado en un 50.4 por ciento en los seis últimos años y es una de las más altas entre los estados más grandes del país.
▪ La mitad de los guardias del departamento tiene menos de 3.1 años de experiencia. Esta cifra empeora en las instalaciones con más dificultades del estado. Los guardias de la prisión más grande de la Florida, Okeechobee Correctional Institution, tienen un promedio de menos de 10 meses de experiencia.
▪ Alrededor del 25% de los nuevos guardias dejan el departamento durante su primer año, en tanto el 32% lo deja en los dos primeros años. Eso quiere decir que este año el departamento gastará $900,000 en capacitar y entrenar guardias que renunciarán al trabajo dentro de dos años.
SEGURIDAD
▪ Con frecuencia las instalaciones tienen un personal mínimo, y a menudo los guardias son sacados de su trabajo para llevar a cabo otras labores secundarias. Por lo general ello provoca que un guardia tenga la responsabilidad de vigilar a más de 100 reclusos. “Con una supervisión limitada los reos tienen frecuentes oportunidades de participar en actividades ilícitas”.
▪ Hay cada vez más informes de delitos de índole sexual entre los reos. En una prisión de tamaño mediano, hubo 147 reportes de actos lascivos cometidos por los reos hacia guardias mujeres, un incremento de 100 por ciento en los últimos cinco años.
▪ El problema de las drogas, teléfonos celulares, armas y otros artículos de contrabando ha empeorado debido a la falta de personal para registrar de forma adecuada a los reclusos, empleados y visitantes. Los equipos de seguridad son anticuados y las prisiones carecen de dispositivos modernos como tecnología para escanear, lo que podría detectar cualquier tipo de contrabando.
▪ A los prisioneros no se les permite fumar, sin embargo los empleados pueden al trabajo llevar una cajetilla de cigarrillos todos los días, lo que conduce al tráfico con los presos. Los cigarrillos se venden hasta por $10.
▪ El departamento no cuenta con suficiente personal asignado para investigar e identificar a los pandilleros que viven en las instalaciones, algo que causa que las actividades delictivas no puedan detectarse.
INSTALACIONES
▪ La edad promedio de las instalaciones es de más de 30 años. “Muchas cárceles están en un estado muy pobre. Las instalaciones que se revisaron tienen años de negligencia”.
▪ La unidad médica en una prisión tuvo que cerrarse debido a goteras en el techo que provocaron moho a punto de hacerla inhabitable.
▪ Las cercas están deterioradas, entre ellas una cerca electrificada que rodea una instalación de alta seguridad que es obsoleta.
▪ El promedio de edad de los 3,000 vehículos del departamento es de 16 años y tienen alrededor de 160,000 millas. Casi todos los autobuses para el transporte de prisioneros pueden ser desechados y su promedio es de 300,000 millas.
PROGRAMAS DE RECLUSOS
▪ Los tres principales programas de reclusos —educación, vocacional y de tratamiento por consumo de drogas— tienen una capacidad combinada para 13,637 reos, lo que equivale al 14% de la población penal. “Los programas ni se acercan a satisfacer las necesidades de la población penal”.
▪ Debido a los problemas de personal, los reos se llevan a programas en los que a menudo tienen que esperar en áreas abarrotadas y confinadas hasta durante una hora, lo que les roba tiempo de enseñanza y crea una atmósfera que puede conducir a una conducta negativa.
RESPUESTA DEL DEPARTMENTO
“En la actualidad el departamento está revisando el informe y busca incorporar la información y las recomendaciones de reglamento en nuestras iniciativas estratégicas”, dijo McKinley Lewis, portavoz del Departamento Penitenciario de la Florida.