Euna velada íntima, el presidente Mauricio Macri estuvo presente en el programa de Susana Giménez para hablar de su vida, sus retos, sus derrotas y victorias a días de haber asumido como jefe de Estado.
Entre elogios mutuos, el «Presidente Mau, presidente de mi corazón», como lo llamó Susana, comenzó hablando escuetamente de su decisión de nombrar por decreto a dos jueces en la Corte Suprema de Justicia y sobre el tema del día: el fin del cepo cambiario.
«Siento como una libertad», dijo la presentadora y actriz en referencia a la medida, a lo que Macri respondió: «Lo del cepo fue el fin del fin, porque el principio del fin fue la inflación, esa estafa que perjudica a toda la comunidad. El país se paró, hace 4 años que la Argentino no crece, pero hoy tenemos el apoyo del gobierno chino, de los empresarios y de los exportadores».
Tras el inicio político del programa, que fue Trending Topic en Twitter, Susana mostró un video biográfico de la vida del mandatario que lo emocionó. Haciendo un repaso por los que definió como logros de Macri, Susana continuó con los elogios y destacó el hecho de que el mandatario se haya conmovido. «¡Qué lindo! Se le llenan los ojos turquesa de lágrimas», dijo.
«Te voy a confesar que yo sigo enamorado de La Mary», respondió Macri entre los aplausos y las risas del público.
En clave de confidencia, Mauricio Macri contó que toda la familia de su madre era de Tandil, lugar en el que también sucedió la «magia» con su esposa, la «hechicera» Juliana Awada. «Mi abuelo era constructor y tenía una obra muy cerca de Tandil, allí conoció a mi abuela en un baile. Todos los veranos los pasábamos ahí, en la casa de mi abuela, que se llamaba Argentina», recordó.
Hizo un repaso por su vida académica, estrechamente ligada con la decisión de su padre, el empresario Franco Macri, de que fuera ingeniero: «En la facultad arranqué muy mal y después cuando me casé me puse más aplicado. Ya estaba trabajando y me puse las pilas para terminar (…) La verdad es que no quería ser ingeniero, pero le agradezco a papá. Es una carrera muy completa que te genera una capacidad de crecimiento increíble».
«Todo esto comenzó a los cinco años cuando papá me empezó a llevar a las obras. Luego me llevaba a reuniones a los 12 años, cuando yo quería jugar a la pelota, y el me decía ‘algo vas a aprender’. Fue el mejor maestro. El lío empezó cuando empecé a trabajar con él. Yo tenía mi vocación de independencia y el quería controlar todo, por eso chocábamos», dijo el Presidente.
Incluso bromeó con la negativa de su padre a que fuera Presidente: «Me decía que iba a votar por La Cámpora. Pero bueno, cada uno hace lo que puede», dijo entre risas.
Uno de los episodios más fuertes de su vida también salió a la luz: su secuestro. Visiblemente afectado, el mandatario recordó que llegaba a la una de la mañana de jugar a las cartas cuando fue secuestrado.
«La verdad que es un momento en el cual se te pone a prueba toda tu esencia (.) todo el tiempo creí que me iban a matar, sentís cómo perdés el control de tu vida. Fueron 14 días allí», dijo. «Mario, mi captor, venía a la noche a hablarme. Ahí le dije que mi sueño era ser presidente de Boca. Cuando yo le preguntaba si me iban a matar, me decía: ‘Yo no voy a dejar que maten al futuro presidente de Boca’. Así que cree un vínculo conMario. En un momento, cuando se pagó [por el rescate], me demoraron tres o cuatro días más», agregó.
Y continuó: «Ahí Mario me dijo que estaba hablando porque había varios que me querían matar. Nunca sabrás qué pasó ahí entre todos ellos. Fue una experiencia horrible que cambió mi vida para siempre».
Sin embargo, Macri rescató lo bueno de su experiencia, al manifestar que ese tipo de situaciones pueden hacer que la gente se sorprenda de sí misma. «Si vos me decís que yo iba a sobrevivir 14 días dentro de una caja de madera, sin luz y casi sin comida, no te creía. Pero se puede. Y ahora puedo decirles a los argentinos que podemos hacer muchísimo más de lo que estamos haciendo. Fue en ese momento que lo supe».
Dejando de lado el episodio más oscuro de su vida, se sumó a la íntima conversación su esposa, Juliana Awada, y su hija Antonia. En este segmento, Susana indagó sobre la vida romántica del Presidente.
Awada contó: «Fue un flechazo cuando lo conocí, y me pasó que en esos tres días que pasamos en Tandil ocurrió algo mágico, que es el amor, que no tiene explicación».
Pero aparentemente el jefe de Estado se encarga de mantener la llama encendida con cartas de amor: «Él es muy demostrativo. Me escribe cartas de amor muy lindas, que me hacen llorar», expresó la primera dama, no sin antes reprocharle su desorden en casa. «Me deja todo tirado por ahí, luego viene y me dice que recién lo había sacado», le contó Awada a Susana. Entre otras cosas, el Presidente también es de los que oprime la pasta dental desde el medio, según confió su mujer.