Los pueblos que aman la libertad y el Estado de Derecho no tienen otro mecanismo para alcanzarlo sino a través del ejercicio libre y soberano del sufragio para delegar en personas o grupos y partidos políticos su representación para ejercer el poder. Ello implica actuar con un alto sentido de conciencia para poder establecer con claridad a quién elijo y para qué lo elijo.
Es por esa circunstancia que el acto de votación constituye a la vez un derecho y un deber, puesto que en él se conjugan simultáneamente, la potestad que me otorga la Constitución como ciudadano de mi País para elegir a quien uno decida delegarle su representación, pero a la vez, es un deber por cuanto allí también se estará decidiendo el futuro de mi Patria, el cual no me puede ser indiferente y con el cual tengo el deber moral de sentirme comprometido. Por ese motivo, la participación en el proceso de votación se convierte, sin duda, en un acto de responsabilidad ciudadana. En consecuencia, quien, sin causa justificada, se abstiene de votar se convierte de hecho en un irresponsable con su país, con su familia y consigo mismo.
Hoy decidiremos la integración de la nueva Asamblea Nacional, designaremos a nuestros diputados, hombres y mujeres venezolanos a quienes le encomendaremos nuestra representación para hacer leyes, decidir en qué deben invertirse los recursos del País, cuáles son las prioridades que deben atenderse con esos recursos que los debe administrar el poder ejecutivo, ejercer el debido control para que los mismos se administren correctamente, supervisar y controlar el desempeño de los funcionarios del gobierno para que estos actúen con idoneidad y transparencia, velar por los intereses del país en los asuntos y relaciones con los otros países, designar los integrantes de los otros poderes: El TSJ, CNE, Contralor, Fiscal, Defensor del Pueblo, de conformidad con nuestra Constitución, entre muchas otras funciones, no menos importantes.
A la vez, la Asamblea Nacional es un escenario político para la confrontación democrática y civilista de las ideas, de las diversas corrientes del pensamiento ideológico, actuando todas en la búsqueda de la verdad, el bien común y la justicia social, garantizando la participación y atención de todos los sectores del país sin discriminación alguna. “No es Alicia en el país de las maravillas”, al que me estoy refiriendo, es el “Deber Ser”, es la Venezuela por la que tenemos que luchar y por la que tenemos que apostar para que llegue a ser así. Un País hermoso, con grandes fortalezas y potencialidades, con gente alegre y trabajadora, honesta, que construya cada día con su esfuerzo inagotable un destino mejor.
Hoy es un gran día para los venezolanos. Vamos a votar masivamente, que nadie se quede rezagado, vamos a hacerlo como un acto de conciencia, sabiendo a quién elijo y para qué lo elijo. “Vox populi, Vox Dei”: voz del pueblo, voz de Dios. Así será, si ejercemos ese derecho con conciencia invocando en ese momento la luz del Espíritu Santo para decidir, deseando lo mejor para nuestro País. Que el Señor bendiga e ilumine a nuestro pueblo en este día de tanta trascendencia.
DC / César Ramos Parra / Profesor Universitario / @cesarramosparra