Tres lecturas luego de las elecciones parlamentarias 6D, por Jesús Castillo Molleda (@castillomolleda)

Tras las elecciones del pasado 6 de diciembre de 2015, resultaron electos 112 diputados del bloque de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y 55 del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Entre rumores y acontecimientos reales, el CNE y los entes oficiales reseñaron los resultados, los cuales generaron posiciones encontradas sobre una victoria o derrota según cada bancada y de acuerdo al sentimiento del pueblo.

La primera lectura de dichas elecciones, desde el sector oficialista, el PSUV declara que han perdido una batalla, sin embargo, a solo 24 horas de ello, el Presidente de la República declara que el pueblo votó engañado, y sigue en el agotado discurso de que ganó la guerra económica, al cual le incorporó unas de las versiones utilizadas durante la campaña, al decir que la oposición viene a quitarle beneficios, a eliminar la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadores (LOTTT) y a causarles daño, a hacerlos padecer (¿acaso no se padece? Las colas para comprar comida e incluso papel higiénico, no es padecer). Lo cierto, es que el oficialismo sufrió un duro golpe, ser derrotado en las diversas localidades donde son gobierno e incluso en su denominado “bastión”, el 23 de enero. Aunque éste gobierno este miope en este momento, está claro que la situación económica del país arropó las instancias de poder municipal y regional, llevándose a su paso los posibles logros de esas gestiones. Lo cual indica, que el Gobierno debe revisar su gestión, sus políticas públicas, sobre todo las relacionadas al sector económico, comercio y producción; de lo contrario, vivirán el debacle de un movimiento que en su buena época logró permear toda Venezuela y entrar de manera reinante en los hogares, pues hoy entró pero trayendo escases, desabastecimiento y un dinero que no alcanza, trae hambre, desempleo y penumbras.

La segunda lectura, se hace desde las filas de la MUD, en donde se señala que ganó la democracia, la unidad; pero deben reconocer que también ganó el voto castigo, pues el pueblo sentenció un gobierno que se llenó de excusas y lo quiso comprar con pequeñas dádivas a último minuto. Sin embargo, el pueblo tuvo confianza en la MUD, con la esperanza de que a un corto plazo se den respuestas a las necesidades más sentidas, se apliquen medidas que mejoren la economía y regresen los productos a los anaqueles. Sin desestimar el gran alcance de la MUD, se debe considerar que no presentan una propuesta clara al pueblo, y entre diatribas imberbes pueden perder los espacios que tanto le han costado ganar. Llegó el momento de unificar criterios, de establecer una estrategia clara en el ámbito nacional y orientar los esfuerzos hacia el logro de un sistema democrático que permita la profundización en políticas públicas en las que prevalezca la eficiencia, eficacia y control democrático, orientadas hacia el bienestar común, empezando por los sectores más débiles del país, economía y seguridad. Basta de que los diputados del bloque hablen de diversos aspectos donde incluso desacrediten lo expuesto por otros, mientras unos prometen  cero colas, alta producción, otros prometen Ley de Amnistía, derogación de la Ley de Precios Justos, revisar artículos de la LOTTT; se debe unificar el discurso y prometer acciones posibles desde el seno de la Asamblea Nacional, recordando que ya el pueblo no come cuentos, ni huevos (por cierto).

Y la tercera lectura, quizás la más dura, es la del Pueblo, ese grupo de electores que decidió ir a votar para exigir sus derechos al acceso a la alimentación, educación, a la vivienda, a la salud, a la seguridad, a la vida digna, a la propiedad privada. Un pueblo que no quiere escuchar excusas de ningún sector, que necesita respuestas a corto plazo, eficiencia y que no quiere recibir lo mismo que señala del Gobierno, no más promesas, no más justificaciones, no más culpables, y es que,  quienes están en el poder cuentan con la autoridad suficiente para reordenar al país, para controlar y exigir cuentas, basta ya de decir que existe inherencia de otros países, o de una guerra económica, es momento de hacer, actuar y resolver de inmediato los problemas. Igual, le recuerdan a la MUD que deben dar respuestas, actuar, no ir a atacar o a quitar cuotas de las filas del gobierno, es enseñar a través de las prácticas eficientes y control democrático el camino hacia el crecimiento económico y el desarrollo de Venezuela. Los venezolanos están acostumbrados a escoger hasta la marca del papel higiénico que usan y no hacerlo si no tener que comprar lo que logren conseguir en las tiendas (formales o informales) atenta contra su bienestar. Desde el más pobre hasta el más rico, siempre ha decido lo que compra sin aceptar imposiciones, así que a actuar con cautela, pues el pueblo razona y decide siempre.

En síntesis, todos debemos reflexionar sobre el hecho de que “cuando los vientos soplan a favor, unos construyen paredes y otros construyen molinos”. Los venezolanos quieren diálogo y soluciones.
DC / S.H. Jesús Castillo Molleda / Profesor Universitario, Politólogo, Coach Político, Locutor / jcastillo@fundacionzuliaoproductivo.com / @castillomolleda

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