El primer consejo que dan los expertos es evitar las picaduras del mosquito transmisor.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, CDC por sus siglas en inglés, recomiendan cubrir la piel expuesta con repelentes que tengan ingredientes aprobados como N,N-Dietil-meta-toluamida, conocido como DEET, o picaridina.
Los CDC señalan que los repelentes de insectos que contienen DEET, picaridina e IR3535 son seguros para las mujeres embarazadas y las que están amamantando, así como para niños mayores de dos meses si se usan de acuerdo con las instrucciones del fabricante.
Pero no se deben usar productos que contengan aceite de eucalipto de limón (OLE) en niños menores de tres años.
Los repelentes deben aplicarse con frecuencia e inmediatamente si se detectan los insectos. Es preciso seguir con cuidado las instrucciones y aplicar el repelente luego del protector solar, no antes, ya que éste último puede disminuir la eficacia del producto.
La mayoría de los repelentes son seguros para embarazadas, pero éstas deben consultar a un médico antes de usarlos.
Los CDC y otros institutos especializados también concuerdan en otro consejo: usar camisas de manga larga y pantalones largos.
La ropa debe además ser lo suficientemente gruesa para evitar que los mosquitos piquen a través de ella.
Se recomienda usar ropa y equipos como botas, pantalones, medias y carpas tratados con permetrina, un insecticida sintético incorporado a la tela, aunque esta opción puede no estar disponible en algunos países.
No debe aplicarse repelente bajo la ropa, ya que la tela impide la evaporación reduciendo la eficacia del producto.
Siempre que sea posible deben crearse barreras físicas que impidan el contacto con el mosquito, mediante puertas cerradas, ventanas selladas o mosquiteros.
Durante la noche, un mosquitero provee protección adicional.
Si bien es importante evitar el ingreso del mosquito al hogar, es aún más crucial evitar que se reproduzca.
Y sus criaderos por excelencia son los depósitos de agua estancada.
La agencia de protección de medio ambiente de EE.UU., Environmental Protection Agency, así como países latinoamericanos piden a la población que esté atenta a cualquier recipiente con agua estancada donde el mosquito puede proliferar, como charcos, baldes, floreros, platos de agua o comida de animales, jaulas y macetas de plantas.
También recomiendan limpiar esos recipientes varias veces a la semana y cubrir piscinas y tanques de agua, a menos que hayan sido tratados con cloro.
Los depósitos de residuos y basureros también pueden convertirse en criaderos, al acumular agua.
Mientras los gobiernos buscan combatir el problema a gran escala (ver abajo), los individuos también pueden usar en sus hogares dispositivos especiales contra el insecto trasmisor.
Hay muchos tipos diferentes y no todos están disponibles en algunos países.
Un aparato, por ejemplo, imita el cuerpo humano emitiendo dióxido de carbono y calor, para engañar y atraer a los insectos.
Otros dispositivos rocían el insecticida con atomizadores, como los que se usan para regar el césped. Sin embargo, estos aparatos generan controversia ya que también pueden afectar a abejas, mariposas y otros animales.
Los CDC en EE.UU. instaron a las mujeres embarazadas a postergar sus viajes a América Latina y el Caribe.
«Hasta que se sepa más sobre la epidemia y por cautela, las mujeres embarazadas deberían considerar una postergación de sus viajes a cualquier zona donde el virus se trasmita», asegura un comunicado de la agencia de salud pública.
«Las mujeres embarazadas que viajen a esas áreas deben consultar antes a sus médicos», agrega.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, sin embargo, no dio esta recomendación a nivel global.
Si una persona resulta infectada debe tomar medidas adicionales de precaución para evitar ser picada durante las primeras semanas de la enfermedad, dicen los CDC.
Esto se debe a que el virus en la sangre puede pasar de una persona a otra a través de picaduras de mosquitos.
Si bien el riesgo de trasmisión por vía sexual no ha sido confirmado, se ha sugerido el uso de condones por dos semanas después de terminada la infección, así como medios para evitar la trasmisión por saliva u otros fluidos corporales.
DC|BBC