«En general, para el mediano plazo se prevé que el crecimiento se mantenga débil, lo cual subraya la importancia de resolver los retos internos», afirmó el experto. El FMI estimó el martes que la región cerrará el año 2016 en retroceso de 0,3%, en recesión por segundo año consecutivo.
«En un contexto mundial que, según se proyecta, seguirá débil, prevemos que la región crezca a paso lento durante un período prolongado», dijo Werner.
«La región sigue siendo particularmente vulnerable a una desaceleración mayor que la prevista en China —uno de los más importantes socios comercial para la región—y a nuevas caídas de los precios de las materias primas», señaló el documento.
Las principales preocupaciones del FMI se concentran fundamentalmente en dos economías sudamericanas: Brasil, un gigante que cerró 2015 en retroceso de 3,8% y caerá 3,5% en 2016, y Venezuela, que sufrió una caída de 10% el año pasado y en 2016 tendrá una recesión que el FMI estimó en 8%.
Estos dos países sufrieron fuerte impacto de escenarios globales: la caída de los precios de las commodities, para Brasil, y el desplome generalizado en los precios del petróleo, para Venezuela. Pero los dos tienen problemas internos que atender.
En el caso de Brasil, el FMI identificó una combinación de «fragilidades macroeconómicas», un escándalo que envuelve a empresarios y funcionarios, y problemas de índole típicamente política.
En Venezuela, distorsiones de política económica y desequilibrios fiscales ya habían generado un escenario de inestabilidad, problemas que «se agravaron cuando el descenso de los precios del petróleo desencadenó una crisis económica, con una caída del producto estimada en casi 18 por ciento durante 2015 y 2016».
En tanto, Colombia, México, Perú y Chile se incluyen entre los que han hecho buena letra en 2015 y deberán mantenerse en esa tendencia en 2016. Pronostica que Colombia crecerá este año 2,7% y Perú 3,3%.
DC|EE