El alza de la inflación durante 2015 generó una considerable pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos y eso desmejoró su calidad de vida, aseguraron los especialistas. Señalaron que los trabajadores jerarquizaron sus compras y solo adquirieron lo que era indispensable.
“Lo que viven los trabajadores es un drama nunca visto. La brecha entre el salario y el costo de los alimentos es tan amplia que se precarizó la condición de vida”, afirmó Froilán Barrios, presidente del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato.
Barrios señaló que el año pasado la prioridad de las familias fue adquirir la canasta alimentaria, pero la dieta se fue a menos, debido a los altos precios de la comida y la escasez. “El entretenimiento quedó en los recuerdos y el trabajador tuvo que recurrir a otras fuentes informales de ingresos para poder compensar medianamente los gastos básicos”.
Froilán Barrios aseguró que lo peor es que para este año no se vislumbran mejoras: “El Ejecutivo mantiene el mismo discurso y lo que nos espera es que vamos a volver a la época del guayuco”.
Las cifras tampoco son alentadoras. En enero del año pasado la canasta alimentaria familiar costaba 18.342,96 bolívares y se necesitaban 3,8 salarios mínimos para poder adquirirla. En diciembre el precio subió a 93.600,00 bolívares, lo que representa un incremento de 410,2% en 12 meses y se requerían 9,7 salarios mínimos para que una familia de 5 miembros pudiera adquirirla.
Oscar Meza, director del Centro Nacional de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestro, señaló que el déficit del salario mínimo en enero, que se ubicaba en 4.889,11 para adquirir alimentos, fue de 13.453,85 bolívares que equivale a 73,3%. En diciembre fue de 83.951,82 bolívares; es decir, se quedó corto en 89,7%.
Indicó que las cifras evidencian el impacto del incremento sostenido de la inflación en los ingresos de los consumidores.
Panorama sombrío. Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanálitica, indicó que durante el año pasado la contracción del salario promedio fue de 35% considerando una inflación de 224%. “La peor contracción del salario en los últimos 26 años. La siguiente más alta ocurrió en 1990 y fue de 30%”. Dijo que la recesión que afecta a las empresas privadas les impidió aumentar de manera significativa los sueldos.
Para 2016 prevé dos escenarios: en el más optimista la inflación se ubicará en 270% y la contracción del sueldo será de 26,2%. En el pesimista, la inflación se ubicará en 800% y la caída del salario estaría en 37%.
La economista Sary Levy afirmó que el poder de compra cayó abruptamente en 2015. “La realidad es que aunque el gobierno decretó cuatro aumentos del salario mínimo si se suman de manera lineal representan un incremento de 75%, pero si se suman de manera acumulada equivale a un alza de 97,3%. Al ciudadano no le alcanzó para vivir porque la inflación le ganó la carrera al alza salarial”.
Indicó que la consecuencia de la caída del poder adquisitivo es que los índices de pobreza hayan batido récord. Destacó que según hallazgos de la encuesta sobre las Condiciones de Vida 2015 “76% de los venezolanos están en pobreza de ingresos y 49% en pobreza crítica, lo cual es muy preocupante”, advirtió.
DC|EN