La falta de agua en el Hospital Universitario de Los Andes (HULA), sigue siendo el dolor de cabeza de pacientes y del personal médico que labora en el principal centro asistencial del estado Mérida.
Este viernes, médicos y enfermeras se quejaron porque en el área de emergencia suman ya 72 horas sin agua, debido al problema que presentan con los hidroneumáticos o bombas de agua.
José Vicente Moreno, presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes del HULA, se quejó porque a pesar de las soluciones que ha aportado la dirección del centro asistencial, el problema del agua persiste e incluso se agrava.
Por esa situación, «no le estamos brindando una atención adecuada al usuario, las condiciones mínimas para brindar una atención al paciente no están dadas en este hospital», expresó Moreno, quien además dijo que los médicos residentes pasan una guardia de 24 horas sin tener un baño a su disposición.
Los galenos decidieron hacer pública su molestia porque la falta de agua se suma a la falta de insumos, a la paralización de algunos servicios porque los equipos no sirven y a otros problemas que demuestran que el HULA está en crisis.
José Vicente Moreno destacó que los médicos no harán paro, pero si dejó claro que la falta de agua en el hospital, obliga a diferir las consultas externas y otras atenciones, porque «si tu ves a un paciente, le vas a realizar una cura y no tienes con qué lavarte las manos, entonces eso es una falta de respeto al usuario».
Acotó que la solución no es «buscar dos pipotes de agua y dejarlos ahí al lado del paciente, sino que la solución debe ser integral».
Cerca de 500 médicos residentes expresaron su molestia por la falta de agua y exigieron las condiciones básicas para poder trabajar y brindarle la atención que se merece el paciente.
Ni para lavar teteros
Con preocupación, Yolibeth Solano, médico residente del primer año de Pediatría, expresó que en la unidad de neonatos, conocido como P28, «no contamos con agua, con solución parenteral, no hemos podido nutrir a los niños que necesitan de nutrición parenteral, porque no hay agua para lavar los teteros».
Solano resaltó que se tuvo que suspender ese tipo de nutrición de los neonatos, porque hay una contaminación de los teteros y para evitar que se propague dicha contaminación, la salida fue suspender ese tipo de alimentación.
La médico residente sumó a su calvario en el que se ha convertido su educación, la falta de insumos, medicamentos y la paralización de algunos equipos.
Enfermeras indignadas
Desiré Molina, enfermera del área de Trauma Shock, dijo sentirse indignada porque no hay ni agua caliente para asear a los pacientes y mucho menos insumos y medicamentos.
Denunció que trabajan con las uñas y que incluso este viernes no las habían dotados de guantes para asear a los pacientes.
Molina también dijo que el desayuno de quienes están en esa área y pueden comer, es arepa con mantequilla, sin ningún tipo de relleno.
Falta todo
Los pacientes del HULA no se quejan de la atención de médicos y personal de enfermería, pero si por la falta de agua, de insumos e incluso por la falta de ambulancia para trasladarlos a realizarse algún estudio en un centro privado.
En ese sentido, Judith Parra, quien tiene a su papá hospitalizado, lamentó que no haya cómo trasladar a los pacientes y llamó a las autoridades competentes para que doten de ambulancias al centro asistencial.
Soluciones a mediano plazo
La problemática del agua en el HULA tiene aproximadamente dos meses, debido a que las 4 bombas, que tienen 40 años de uso, se quemaron y las mismas no se han encontrado en el mercado para suplirlas.
El director del nosocomio de la ciudad de Mérida, José Ángel Ferrer, dijo que ante la falta de los equipos, las bombas actuales se repararon, inicialmente dos de ellas en un tiempo de dos semanas y se logró hacer un trabajo con la empresa Aguas de Mérida para que el vital líquido llegue desde Mezanina hasta el piso 9.
Sin embargo, la solución pareció no ser efectiva y siguió el problema el cual espera ser subsanado con la instalación de una tercera bomba de agua reparada.
Ferrer reconoció que por ahora hay soluciones a mediano plazo y aseguró que tanto el Ministerio de Salud, como la Gobernación de Mérida, se comprometieron a comprar las bombas nuevas que darán solución definitiva a la falta de agua en el hospital.
En cuanto a las quejas del personal médico, el director manifestó que debido a la sequía que afecta al estado, este jueves no entró agua al hospital y como aún no está instalada la tercera bomba, se produjo la crisis que obligó a los médicos a hacer el pronunciamiento público.
DC|EU