Isaura Betancourt, de 31 años de edad, madre del niño de dos años y 10 meses que murió el pasado 20 de enero en el preescolar Mis Travesuras, ubicado en el 23 de Enero, dijo que su hijo no falleció por ahogamiento.
“Les pregunté si no hubo chance de darle primeros auxilios y me dijeron que el niño ya estaba muerto cuando ellas se dieron cuenta. El informe forense y el acta de defunción arrojaron que había recibido un golpe en la cabeza. No sabemos de qué forma fue y cuando a mis familiares le entregaron las pertenencias las ropas estaban extremadamente mojadas y los zapatos destilaban agua”, señaló.
Dijo que el niño no tenía líquido en sus pulmones, posiblemente porque dejó de respirar cuando cayó al pipote.
De acuerdo con la versión de la maestra, Yoelis Barrios Gómez, el deceso ocurrió cuando, por descuido de ella y la auxiliar Kharla Pérez, el niño fue al baño sin compañía y cayó dentro de un pipote, tras lo cual murió ahogado.
“Lo que deducimos es que al niño, una vez que muere, lo meten en el pipote de agua para hacer parecer que murió ahogado. La maestra me mintió, mi hijo no murió ahogado”, sentenció la madre de la víctima.
DC|Sumarium