El 29 de enero de 1942 se graduó la primera promoción de trabajadores sociales, en acto solemne en el Teatro Municipal al cual asistió el presidente Isaías Medina Angarita. A partir de entonces, se ha asumido esa fecha como Día del Trabajador Social.
En 1945 se funda la Escuela Católica de Servicio Social, bajo la dirección de Inés Ponte; y el 20 de febrero del mismo año se constituye la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales. Tras el triunfo de la democracia en 1958, por iniciativa de la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales, se logra la creación de la Escuela Universitaria, gracias a la labor de una comisión especial constituida para tal fin.
A través de un decreto establecen dos niveles para la formación de trabajadores sociales. El primer nivel, en el segundo ciclo de educación secundaria, con especialización en humanidades y mención en trabajador social. El segundo nivel que se cumpliría en las Universidades e Institutos de educación Superior. A estas alturas la concepción del trabajo Social se había ampliado desde una perspectiva paramédica hacia su consideración dentro de las ciencias sociales, por eso se adscribe la escuela a la Facultad de Ciencias Economías y Sociales. Posteriormente fueron creadas las escuelas de la Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad del Zulia.
El trabajo social en sus distintas expresiones se dirige a las múltiples y complejas relaciones entre las personas y sus ambientes. Su misión es facilitar que todas las personas desarrollen plenamente sus potencialidades, enriquezcan sus vidas y prevenir las disfunciones. El trabajo social profesional está enfocado a la solución de problemas y al cambio. Por ello, los profesionales en trabajo social, se convierten en agentes de cambio en la sociedad y en la vida de las personas, familias y comunidades para las que trabajan.