Al menos 21 personas han perdido la vida en Fiji y miles han quedado desplazadas por el ciclón Winston, que causó una gran destrucción a su paso por ese archipiélago del Pacífico sur, donde prosigue hoy el recuento de víctimas y daños.
La última muerte confirmada corresponde a un niño de diez años que murió ahogado en la localidad Nausori, situada a unos 18 kilómetros al noreste de Suva, informó esta tarde la Oficina Nacional de Respuesta a los Desastres.
El primer ministro de Fiji, Frank Binimarama, ordenó hoy a la Administración que envíe con rapidez fondos, material y personal a las áreas afectadas. «Hay fiyianos ahí fuera sin agua, sin un techo con el que cubrir sus cabezas, sin alimentos y sin los servicios básicos», dijo el gobernante durante una reunión con la Oficina Nacional de Respuesta a los Desastres, de acuerdo con una nota de prensa oficial.
Winston visitó Fiyi con vientos de 230 kilómetros por hora y ráfagas de 325 kilómetros por hora, además de copiosas lluvias. «Es nuestra obligación determinar sus necesidades y aliviarlas lo antes posible», afirmó el mandatario de Fiji, que tiene una población de unos 810.000 habitantes, de los que el 87 por ciento reside en las islas de Viti Levu (oeste) y Vanua Levu (norte).
Los centros de evacuados gubernamentales atendían hoy a 8.438 personas: 5.880 en la división occidental, 1.260 en la división norte, 1.177 en la división central y 121 en la división sur, según datos oficiales.
Aún así, hay familias que han pasado los dos últimos días a la intemperie, como la de Gurnam Singh, que residía en Cuvu, una zona en el suroeste de Viti Levu, hasta que el ciclón destruyó las tres viviendas que habitaban.
«Los fuertes vientos se llevaron las tres casas (…) No quedaba nada. Pasamos la noche del sábado y la del domingo en un plantío de cañas de azúcar. Somos 28, incluido un bebé», relató Singh al diario local The Fiji Times.
El primer ministro indicó que han formado equipos médicos para atender las necesidades en los centros de acogida y en las zonas remotas, mientras el Ministerio de Sanidad coordina con las ONG la distribución de servicios y equipos.
El Gobierno envió otros equipos a la isla de Koro, las más afectada de las que forman el grupo Lomaiviti (centro), para que evalúen la situación y las necesidades. Banimarama pidió a la población que permanezca alerta y limite sus desplazamientos, aunque se haya levantado el toque de queda impuesto el sábado pasado.
Los vuelos locales continúan restringidos, mientras que la flota pesquera tiene orden de permanecer en puerto hasta nuevo aviso y colegios, institutos y universidades permanecen cerrados.
«No tenemos información de daños relevantes en las estructuras de la mayoría de los hoteles de Viti Levu, con la excepción de algunas propiedades en el área de Rakiraki», dijo el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Faiyaz Siddiq Koya, en un mensaje destinado a tranquilizar el turismo, uno de los pilares de la economía nacional.
El distrito de Rakiraki pertenece a la provincia de Ra y está situado en el norte de Viti Levu. «Mientras tratamos de obtener una imagen clara del impacto de esta tormenta gigantesca, los reconocimientos aéreos muestran aldeas completamente planas», señaló desde Fiyi Sara Boxall, de CARE Australia, en un comunicado.
«No hay luz en gran parte del país, el daño al servicio del agua potable parece importante y el servicio de alcantarillado está potencialmente dañado», indicó Boxall.
«Esta situación, combinada con el hecho de que miles de personas están en centros de evacuación abarrotados, puede desembocar con rapidez en el brote de epidemias», añadió la cooperante.
La presidenta de la Cruz Roja de Fiji, Cathy Wong, hizo hoy un llamamiento internacional de solidaridad con las víctimas del ciclón Winston para atender las necesidades de los más vulnerables. Mientas Fiji trata de ponerse en pie, el ciclón Winston se dirige hacia Vanuatu, otro remoto país en medio del Pacífico.
DC|EFE