La gestión pública en Venezuela está pasando por momentos difíciles al encontrarse embotellada en la poca capacidad resolutiva de los entes responsables de dar soluciones viables a las demandas que exige administrar un municipio, región o estado. La división político territorial venezolana está comprendida por 335 municipios, 23 estados y dos zonas especiales en Distrito Capital y Amazonas representadas por alcaldes, gobernadores, alcaldes mayores y Presidente de la República, éstos a su vez tienen hombres y mujeres responsables de las unidades administrativas, en las cuales dependiendo de su estructura organizacional pueden ser llamados, directores, coordinadores, secretarios, ministros, todos estos funcionarios a su vez tienen personal a su cargo para el cumplimiento de las funciones encargadas, la administración pública venezolana cuenta en general con más de dos millones de empleados públicos entre fijos y contratados, lo que representa el 10% de la población total según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), lo que refleja una burocracia que ahoga los presupuestos gubernamentales.
A pesar del alto número de empleados públicos, la eficiencia, eficacia y efectividad está ausente en la administración pública, dado a encontrarse asfixiada por servidores públicos desmotivados, mal pagados, pocos preparados, algunos se excusan de eso para cometer hechos de corrupción lo que perjudica aún más la calidad de atención. Sin embargo, existen esfuerzos notables en algunos organismos en los que sus directores, alcaldes, gobernadores, ministros tienen iniciativas importantes las cuales han permitido demostrar que no todo está perdido y que a pesar de los momentos complejos que vive el país, con voluntad y rodeado de un excelente equipo de trabajo se puede vencer a la incapacidad gerencial. Aunque, escuchar de los gobernantes y voceros excusas y falta de recursos es el pan de cada día, muchos se preguntan si las alcaldías, gobernaciones, ministerios, presidencia se encuentran colapsadas y falta de presupuesto porque ningún alcalde, gobernador, presidente ha renunciado a su cargo, si no al contario hacen todo lo posible para atornillarse eternamente, lo que demuestra que no es tan malo ser electo en un cargo de elección popular y tener poder, lo cual les permite (de manera particular) asegurar por lo menos el bienestar de familiares y allegados en detrimento de los gobernados.
Por su parte, los ciudadanos reclaman agua, seguridad, salud, transporte, que le recojan la basura, que aparezcan los alimentos, medicamentos, repuestos, que se le dé un freno a la inflación y especulación, esperan además, que sus gobernantes den repuestas oportunas a las múltiples necesidades presentes. Bajo este contexto, los ciudadanos necesitan gobernantes innovadores, preparados, responsables, capaces de dar la cara, rendir cuentas, buscar alianzas, mancomunidades, recursos nacionales y extranjeros provenientes de organismos multilaterales, ONG, embajadas, entre otros, los gobernantes deben estar claros de sus funciones, entender que no son dueños de lo que gobiernan por el contario son empleados de los ciudadanos quienes intentan premiar o castigar en elecciones, en donde no siempre son capaces como electores de elegir a los mejores.
Venezuela se merece salir de este laberinto provocado por gobernantes aplazados en sus gestiones, es un excelente momento para exhibir logros y quien lo está haciendo bien debe ser guía y referencia para otros, si por ejemplo en el Hatillo, Baruta, Punto Fijo, San Felipe, existe por parte de las alcaldías un eficiente servicio de aseo urbano, esos modelos deberían servir de inspiración para otros gerentes públicos, al igual pasa en servicios de salud, seguridad, educación, infraestructura, turismo, en donde existen logros locales y estadales dignos de copiar, solo se necesita voluntad política y humildad para el cambio. Los 335 alcaldes, 23 gobernadores, dos alcaldes mayores y el Presidente de la República tienen la oportunidad de darles un viraje a sus gobiernos para convertirlos en gestiones eficientes y triunfadoras que les permitan evitar seguir, aplazados en sus gestiones. Como lo dijo Antonio Mauta “Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que los que sus opositores dicen”.
DC / S.H. Jesús Castillo Molleda / Profesor Universitario, Politólogo, Emprendedor, Locutor / jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com / @castillomolleda