Crisis es la palabra que hoy define a Venezuela. Crisis global, porque es económica, social, política y moral; salir de ella es un imperativo, y que nadie dude, la salida de la crisis pasa por la salida de Nicolás Maduro, la razón es simple, Nicolás no quiere ni sabe rectificar y, adicionalmente, no tiene el liderazgo ni el respaldo necesario para tomar el toro por los cachos y abrir camino a un tiempo distinto.
Cuando estamos a tres años del período de seis para el cual Nicolás fue proclamado electo por el CNE, la fatiga es general. La salida de Nicolás es el tema de discusión en la Mesa de la Unidad, y lo es también en el Polo Patriótico. La Mesa ha anunciado que en los próximos días señalará el camino constitucional a seguir. Por su parte, en el Polo Patriótico y, particularmente, en el PSUV se debate el asunto y hay posiciones diversas. Los más conservadores simplemente hablan de rectificación, Nicolás debe generar cambios en el camino; otros, como el PPT, apuestan a que se haga un gobierno del Polo Patriótico y no uno cerrado y exclusivamente pesuvista, ya que es obvio su fracaso. El PCV exige radicalización del socialismo, mientras hay quienes como el exdiputado Ángel Landaeta (PSUV-Guárico) sostiene que “Maduro debe terminar su período bajo condiciones”.
Los más osados revolucionarios del proyecto chavista ya hablan públicamente de renuncia, como el politólogo Nicmar Evans, de Marea Socialista, quien ha sostenido a través de los medios de comunicación social: “La renuncia significa una salida ética, permitiría generar condiciones para articular al chavismo sin traumas y preservar el cuerpo político”.
Por su parte, Roland Denis, ex-viceministro de Planificación del régimen, ha afirmado “El movimiento revolucionario debe estar en la calle, para pedir la destitución de Nicolás Maduro. ¿Para qué?, para exigir la reforma del gobierno y poder reimpulsar el movimiento revolucionario. El actual movimiento está corrompido”. Denis dice más, sostiene que Maduro, a diferencia de Chávez, carece de plan de gobierno y tendría que irse del poder: “Le toca a él abandonar esto, esto ya no tiene salida. No hay nada que defender desde el punto de vista emancipatorio, ya esta premisa está perdida”.
Son pocos los que del sector gubernamental -del proyecto del Socialismo del Siglo XXI- los que se han atrevido a hacer pública su solicitud de renuncia a Maduro, pero son numerosos los que ya se atreven a hablar abiertamente del asunto ante los compañeros, si bien no todavía ante los medios de comunicación social. Es matriz de opinión general que no hay salida de la crisis con Maduro, que esta pasa irremediablemente por la separación de quien hoy nos tiene a las puertas de una hambruna con crisis energética, que lleva al absurdo de hacer frenar la producción, de cerrar empresas y negocios, e incluso la propia administración pública porque no hay energía eléctrica; cuando hay que producir más, obligan a producir menos.
A riesgo de hacerme fastidioso, porque lo vengo repitiendo desde hace un año, la renuncia de Nicolás es la salida más “barata”, la que facilita el paso a una nueva situación; las otras vías constitucionales, la enmienda o reforma de la Carta Magna, el referendo revocatorio o la Asamblea Constituyente son procesos más largos y costosos desde el punto de vista político y económico. Nicolás no tiene derecho a causarnos más daño y complicaciones, es inmenso el mal ya producido al país, en esta hora debería renunciar, y deberíamos nosotros ayudarlo a renunciar, exigiéndole que lo haga. En este propósito es bien importante la ayuda de la comunidad internacional, a la que es bueno pedirle que dé un paso firme y que de manera abierta le exija a Nicolás ponerse de lado.
La renuncia de Nicolás no es fácil, convengo en que por momentos no luce factible, pero lo es, y mientras haya posibilidades hay que intentar el camino, si bien simultáneamente tenemos que jugar otra carta constitucional; evidentemente la más viable y menos onerosa, desde todo punto de vista, es la enmienda constitucional, por la cual se recortaría el período de seis a cuatro años y se prohibiría la reelección indefinida de los funcionarios públicos. La salida de la crisis pasa por la salida de Maduro. Vamos a darle.
DC / Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano