Una lista publicada por el Ministerio de Emergencias ruso mostró que el Boeing 737-800 transportaba a 55 pasajeros la mayoría de ellos rusos, y siete miembros de la tripulación.
De los fallecidos pudo afirmarse que había uno de nacionalidad colombiana: Seychelles y Kirguistán. La aerolínea confirmó que no hubo sobrevivientes y que entre los fallecidos habían cuatro niños.
A pesar de la gran explosión, los investigadores lograron obtener las cajas negras del aparato para empezar las investigaciones y aclarar el hecho.
La causa del accidente se desconocía al principio, pero autoridades y expertos apuntan a una repentina ráfaga de viento como el posible motivo.
Según los datos climatológicos reportados por la televisión estatal rusa, los vientos a nivel del suelo no eran peligrosos, pero a una altitud de 500 metros (1.640 pies) o más arriba alcanzaron una velocidad casi huracanada de cerca de 30 metros por segundo (67 millas por hora).