Bajo salario, negligencias en los asilos de ancianos por baja calidad en la atención y el recorte de fondos del gobierno son los principales obstáculos a los que se enfrentan los cuidadores de personas mayores y discapacitados en asilos y hogares del sur de la Florida.
Lidia Rodríguez, que lleva 17 años en una silla de ruedas por una distrofia muscular y depende de su cuidadora el 98 por ciento del tiempo, acudió a un foro comunitario el 24 de febrero en el Ayuntamiento de Miami, en Coconut Grove, para reclamar un salario digno para todos los cuidadores.
“Las agencias de ancianos y asistencia domiciliaria tienen que entender la situación de sus empleadas”, expresó Lidia Rodríguez. “Han de recorrer toda la ciudad para poder tener ocho horas trabajadas. No tienen ni vacaciones ni beneficios. Muchas no tienen tiempo ni para ir al médico, y aunque sí tienen seguro médico no pueden perder cuatro horas de trabajo porque necesitan el dinero. Su salario es imprescindible para vivir. Estoy aquí para pedir que les paguen un mínimo de $15 la hora”.
Este foro comunitario, iniciativa de 1199 SEIU, el mayor sindicato de salud del país, concentró a un centenar de trabajadores de asilos de ancianos de larga duración, hogares y por cuenta propia. Estos asistieron para exponer los principales problemas a los que se enfrentan los trabajadores en esta industria, que destaca principalmente por unas ganancias superiores a los $350,000anuales.
“No puede ser que solo obtengan beneficios agencias y corporaciones. El promedio de las ganancias por cama es de $80,000. Los inversionistas saben que son una industria con ganancias”, asegura Max Rothman, de Miami Alliance on Aging, una organización sin ánimo de lucro responsable de dar acceso y recursos disponibles a todas las personas que lo necesiten.
Los trabajadores de este sector solicitan, a nivel nacional, un mínimo de $15 la hora. Ahora buscan la aplicación de leyes en condados de la Florida similares a la aprobada recientemente en Broward, que establece el salario mínimo en $15 por hora para trabajadores, funcionarios y, en ocasiones, incluye también a los subcontratados.
Para acabar con la crisis del cuidado de personas mayores en Miami, el alcalde de Miami, Tomás Regalado, anunció la promoción de una resolución legislativa con todas las agencia de cuidado de personas de la tercera edad para obtener una “mayor calidad, vigilancia y supervisión en el cuidado de los ancianos en los hogares y en las agencias que asisten en el hogar y para que se pague un salario digno más alto a todos los cuidadores, a los que trabajan en los centros, como en los hogares”.
El sueldo de Marie Cadet, enfermera profesional que ha trabajado en el mismo hogar durante 19 años, no llega a $15 por hora. “Con ese sueldo no podemos pagar la hipoteca y gasolina para ir a trabajar. Si pagaran mejor, la gente sí querría trabajar aquí porque se necesita más gente para trabajar”, piensa Cadet.
“Necesitamos más personas que trabajen duro. Todo el tiempo se me va lavándolas y asistiéndoles, pero me piden que les haga compañía y yo tengo que irme a otra casa a cuidar a otra persona. No tengo tiempo para hablar porque he de ir a ver a otro paciente”, cuenta Cadet.
Hay una fuerte correlación entre la baja calidad del cuidado y los bajos salarios de los cuidadores. Autoridades locales y empleados se quejan de la creciente y peligrosa tendencia en la Florida por parte de determinados hogares de ancianos y agencias de asistencia domiciliaria que priorizan sus ganancias por encima de la calidad de la atención.
“Estas compañías y agencias que mandan a las casas a dar el servicio muchas veces cortan servicios para tener más ganancias y lo que hacen es afectar al paciente o a las personas que prestan ese servicio. Los sueldos están muy bajos. Estamos de acuerdo en que los trabajadores ganen un mínimo de $15 la hora a nivel nacional. Esta industria no puede solo pensar en las ganancias porque muy pocas industrias pueden enseñar ganancias como esas”, insiste José Suárez, director de comunicación del sindicato 1199 SEIU.
A Julieta Mejía, enfermera trabajadora en un hogar durante 14 años, le pagan entre $8.15 y $8.75 por hora, “pero además tenemos que pagar los impuestos, más la gasolina, etc… Y muchas veces cuando llegas a la casa no quieren el servicio, pero la empresa no lo paga, ni tampoco el desplazamiento, ni el tiempo que he perdido en llegar. Pedimos un salario justo por eso buscamos el apoyo de los líderes políticos para que cambie la situación”.
Incluso algunas empleadas pagan dos y tres peajes de autopista más el estacionamiento del auto en determinadas zonas. “Paso tres toles (peajes) hasta llegar a Miami Beach para atender una hora a mi paciente. Hay que tener mucho amor en esta profesión para hacer esto”, atestigua una cuidadora de personas mayores que asistió al foro comunitario en el ayuntamiento de Miami.
“Es importante que los empleados no pongan dinero de su bolsillo”, recalca Brian Lee, de Families for Better Care, organización de defensa de los ciudadanos dedicada a crear conciencia pública sobre las condiciones en los hogares de ancianos.
Más de 80,000 padres, madres y abuelos viven en hogares de ancianos en la Florida. Uno de cada 5 hogares de ancianos de la Florida está en la lista de vigilancia del estado por condiciones peligrosas, conocida en inglés como la Nursing Home Watch List de la AHCA (Agency for Health Care Administration).
Más del 30 por ciento de los hogares para ancianos están calificados por debajo del sistema de clasificación nacional. En Miami, se encuentran cinco de estos asilos.
“El estado de la Florida es el único que tiene una lista de vigilancia para asilos que ha recibido alguna deficiencia en su calidad de cuidado de salud –como pasar mucho tiempo sin ayuda–, son lugares que han cometido negligencias con los ancianos, y desgraciadamente la lista continúa creciendo. Se han agregado 39 nuevos lugares a esta lista”, adelanta Max Rothman. “Y si la Florida está calificada en A, da miedo pensar cómo están los otros estados”.
En Miami-Dade, durante los últimos cinco años, uno de cada tres asilos está en lista de vigilancia por condiciones peligrosas.
“Tenemos que denunciar a los corruptos y no solo con multas. Tienen mucho dinero. Hay una gran diferencia entre lo que cobra una agencia y lo que ésta paga a los profesionales cuidadores, de salud y tercera edad”, insistió Regalado durante el foro.
Un residente en un asilo de ancianos ha pasado de recibir por ley 2.9 horas de cuidado personal por parte de una asistente de enfermería, o rango superior, todos los días a ser asistido 2.5 horas al día. “Vamos a luchar para volver a las 2.9 horas por cada paciente en lugar de 2.5 porque estamos viendo que están subiendo las deficiencias con los asilos y hay cada vez más asilos en la lista de vigilancia”, defiende Brian Lee.
A Lidia Rodríguez le dan 6 horas de ayuda, aunque debido a su traqueotomía necesita asistencia las 24 horas del día. “Ni siquiera puedo coger una fruta del refrigerador. Por mi traqueotomía no me puedo inclinar. Me levantan de la cama con una grúa, me lavan en la cama. El trabajo de mi cuidadora es muy difícil porque me asiste un tubo y ella tiene que estar pendiente de todo. Es durísimo”, certifica Rodríguez.
“De 9 a.m. a 6:30 p.m. estoy sentada en una silla. Me quitaron la hora de las 3 de la tarde. Ahora dicen que no tengo derecho, pero ¿cuántas orinadas puede llevar un pañal de 3 de la tarde hasta las 6:30 de la tarde? Voy a luchar por las horas”, asegura Rodríguez.
Otro de los síntomas de esta crisis en el cuidado de las personas mayores en el sur de la Florida y a nivel nacional es el recorte de fondos.
“Estamos ante una crisis de fondos que necesitamos y esta situación va a continuar durante los próximos 25 años. Tenemos una lista de espera en la mayoría de nuestros programas, pero va a incrementarse en un 58 por cierto de la gente que necesitará programas. Y esta lista de espera en los próximos 25 años va también a subir un 25 por ciento debido a esta crisis de fondos”, cerciora Max Rothman.
Según el último informe del sindicato SEIU Florida, (“The high public cost of low-wage employment in Florida”), el empleo de salarios bajos tienen un alto costo público. Los bajos salarios cuestan a los contribuyentes de la Florida 11,4 mil millones de dólares en asistencia pública cada año.
“Los profesionales que tienen bajos salarios son los que piden el WIC, almuerzo escolares, vivienda pública, cupones de alimento, etc… con un salario digno no pedirían tantos beneficios”, aclara Rothman.
Aumentar el salario mínimo a $15reduciría el costo de la asistencia pública financiada por los contribuyentes en casi $100 millones al año, según el informe del sindicato.
Según el informe, el promedio de los floridanos mal pagados tiene 40 años y en su mayoría son mujeres. Más del 30 por ciento de todos los residentes de la Florida que trabaja son empleados con salarios bajos que ganan un promedio de apenas $14,000 al año.
También señala este informe que casi toda la asistencia pública va a parar a los floridanos mal pagados que trabajan en empleos donde no hay un sindicato.
Este informe aclara que es un mito que las familias que reciben asistencia pública no quieren trabajar. Dependen de asistencia debido a un salario bajo, horas de trabajo inestable, malas condiciones de trabajo y pocos o ningún beneficio.
El alcalde Regalado recordó en el foro comunitario que “los que ahora tienen entre 60 y 70 años son las personas que construyeron nuestra ciudad y son los ancianos que ahora dependen de un cuidado médico y muchas no tienen familia”.
Regalado instó a los alcaldes de otros condados a ayudar a los profesionales que cuidan de otros. El sindicato SEIU informó que van a promover este tipo de foros comunitarios por otras ciudades para dar a conocer la situación en la que se encuentran los cuidadores de personas mayores.