El ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva asumió el cargo de Ministro de la Presidencia del gobierno de Dilma Rousseff, en medio de protestas de grupos opositores y manifestaciones de apoyo.
Lula fue juramentado por Rousseff en un acto realizado en el Palacio Presidencial de Planalto.
A la ceremonia asistieron decenas de parlamentarios tanto de la base oficialista como legisladores de la oposición. Los primeros al grito de «no habrá golpe» y los segundos al grito de «vergüenza».
El nombramiento de Lula como Ministro de la Presidencia, el cargo más influyente del gobierno, ha generado una crisis política por los problemas que el ex mandatario enfrenta en la justicia, que se agravaron con la difusión de unas polémicas grabaciones que sugieren que la mandataria intentó influir a su favor.
La seguridad en el Palacio de Planalto ha sido reforzada con decenas de policías y el tránsito de vehículos fue restringido en torno a la plaza de los tres poderes, donde también se sitúan las sedes del Congreso y de la Corte Suprema.
En esa plaza se concentraron manifestantes. Los grupos favorables al gobierno eran más numerosos y, según cálculos de la policía militar, sumaban unas 300 personas, en tanto que los opositores no llegaban al centenar.
La condición de Ministro que tiene desde hoy Lula le garantizará un fuero privilegiado y supondrá que las causas en su contra pasen a la Corte Suprema.
DC|Agencias