La candela no se detiene en la Sierra de Perijá. Desde hace más de 30 días comenzó lo que se ha convertido en uno de los incendios forestales más severos de los últimos 15 años, informó Panorama.
Fray Nelson Sandoval, misionero capuchino de la iglesia Corazón de Jesús, ubicada en la Misión los Ángeles del Tukuko, realizó un recorrido por la zona este domingo, y constató que el fuego no se ha detenido.
Marisela Romero, habitante de la Sierra de Perijá, clamó ayuda. No tienen medicamentos y la comida escasea debido a los daños en los conucos.
“Se me quemó hasta la tumba. Se me quemó la siembra. No saben lo que está pasando aquí porque ellos están comiendo bien, ellos no saben y dicen a la gente de Caracas, de Machiques lo que está pasando. Ellos dicen que no hay peligro, pero sí hay peligro, aquí cerquita en la comunidad se quemó. Hasta la ropa de la muchachita se me quemó, además nos estamos ahogando, aquí está dando mucha tos por eso. Mi hija tiene dos semanas sufriendo por eso. No tengo con qué darle de comer a mi muchachita”, recalcó.
El fuego ha alcanzado las comunidades de Tayaya, Chaparro, Shitakay, Sherepta, Yopotoponna, Piyistaku, Potuchi, Santa Inés de Chukumu y la Misión del Tukuko.
“El fuego ya agarró la parte alta de la montaña. Se necesitan equipos individuales, equipos logísticos para montar un campamentos base arriba, se necesitan helicópteros con una cesta para poder transportar agua”, detalló el alcalde de Machiques, Alfonso ‘Toto’ Márquez.
“La comunidad de Chaparro se quemó hasta el patio, todos los cultivos se quemaron. Tayaya, el cerro Piritaku todavía está prendido, tiene casi dos semanas prendido ese cerro”, subrayó.
Sobre el origen de los incendios forestales que durante años han sido una amenaza para esta serranía, el alcalde indicó que las actividades agrícola realizadas por los yukpas han sido detonantes de la mayoría de los incendios.
“Eso tiene un origen cultural, el yukpa corta el monte para sembrar a fines de abril o principios de mayo, lo amontona y quema. Estamos cansados de decirle que tienen que hacer guardarrayas para que el monte no se les pase, pero siempre se les pasa, eso ha sido histórico, lo que pasa es que en esta oportunidad el verano es mucho más fuerte que en año anteriores, no ha llovido más. Incluso se están secando los manantiales que surten de agua potable a los pueblos. El de la Misión del Tukuko está casi seco, el de Sirapta ya se secó”.
El alcalde afirmó que la etnia bari tiene otras costumbres, y “corta el monte, deja que la madera se pudra y siembra al año siguiente, ellos funcionan de otra forma”.
“También es posible que exista algo de combustión espontánea, porque hay un verano muy fuerte”, asomó Márquez.
El gobernador Francisco Arias Cárdenas afirmó que los daños en la Sierra de Perijá son extensos y el fuego ha superado la capacidad de los cuerpos de rescate de la región.