La construcción de un muro fronterizo con México como el que ha planteado al precandidato presidencial estadounidense Donald Trump es «prácticamente imposible» por su coste y su ineficacia para detener el flujo migratorio, dijeron activistas y analistas políticos.
«El cercado totalmente de las casi 2.000 millas (3.200 kilómetros) de frontera del suroeste no constituiría una política eficaz», afirmó Faye Hipsman, analista política del Instituto de Políticas Migratorias.
Hipsman señaló que los propios responsables del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS) han asegurado que han levantado el muro «necesario»: unas «650 millas (1.046 kilómetros) en puntos claves, en áreas urbanas de alto tráfico en la frontera».
Apuntó que gastar miles de millones de dólares más para cercar el resto de la frontera, incluyendo zonas muy remotas y escarpadas, sería difícil de justificar.
«La cerca fronteriza no hace nada para detener la inmigración ilegal, las personas que entraron con visa y se quedaron en el país sin autorización son un tercio de la población no autorizada (para estar en el país)», dijo.
Christian Ramírez, director ejecutivo de la Coalición de Comunidades Fronterizas del Sur (SBCC), señaló que la militarización de la frontera y la construcción del muro están lejos de detener el flujo migratorio.
«Lo que han hecho estas 700 millas de muro es crear tensión y obligar a muchas personas a cruzar por zonas remotas donde lamentablemente han perdido la vida unas 10.000 personas desde que se hicieron los primeros muros, en 1994», sostuvo.
El muro se ha convertido en unos de los puntos irrenunciables del programa de Trump, que en el discurso en el que anunció su deseo de ser el candidato republicano a la Casa Blanca, en junio de 2015, dijo que construiría un «gran muro» que cubriera toda la frontera sur. «Y haré que México pague por este muro», afirmó.
Esa propuesta, que ha reiterado en numerosas ocasiones desde entonces, ha molestado a políticos mexicanos, como los expresidentes Felipe Calderón y Vicente Fox, que rechazaron que su país vaya a pagar un «centavo por ese estúpido muro».
El propio presidente de México, Enrique Peña Nieto, lamentó hoy las opiniones de Trump, al considerar que lastiman la relación entre las dos naciones vecinas y apostó por levantar «puentes» entre ambos países.
La construcción de un muro que cubra el 60 % de la frontera que no tiene la valla tendría un coste billonario y sería un gasto innecesario, según Juanita Molina, directora ejecutiva de Border Action Network.
«La muralla fronteriza es un capítulo pasado que no funcionó. Su presencia es una cara inconveniencia para Estados Unidos», dijo Molina.
De igual manera se manifestó Joanna Williams, directora de Educación y Defensa de la Iniciativa Fronteriza Kino, que consideró que la valla fronteriza apenas retrasa «dos o tres minutos» a los indocumentados.
Además, los activistas señalaron que los inmigrantes optan en gran número por entregarse en los puertos de entrada para no arriesgar su vida cruzando el desierto o el Río Bravo, por lo que el muro es todavía más innecesario.
Cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) señalan que durante el año fiscal 2015, de octubre de 2014 a septiembre de 2015, unas 22.000 personas se presentaron ante agentes policiales para pedir asilo político y en los primeros cuatro meses de actual año fiscal casi 7.000 inmigrantes han hecho lo mismo.
Salvador Sanabria, director de la organización centroamericana El Rescate, dijo que la gente está desesperada y decidida a tomar riesgos para tener una segunda oportunidad de vida.
«Ningún muro detendrá esta migración», opinó.