La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo el viernes que no renunciará a pesar de la creciente presión para que lo haga y sostuvo que no hay una justificación legal que respalde los intentos por impugnarla.
Rousseff se enfrenta a un juicio político por supuesta mala administración fiscal, mientras que el Tribunal Supremo Electoral sopesa posibles irregularidades de financiación de campaña que podrían terminar anulando su reelección 2014.
La mandataria habló con los reporteros al final de una reunión con los rectores de las universidades federales. Dijo que la gente no debe exigir la renuncia de un presidente elegido sin evidencia concreta de que ella haya violado la constitución.
“Si no hay ninguna razón para hacerlo, no voy a renunciar”, aseguró.
A su vez, el ex mandatario brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva está siendo investigado por presunta corrupción en su país. El presidente de Ecuador dijo el viernes que dialogó con Lula y que le expresó su solidaridad.
En su cuenta de Twitter, Rafael Correa escribió: “acabo de hablar con Lula para expresarle nuestra solidaridad. Lula es un guerrero, y vencerá esta nueva canallada. ¡Latinoamérica te abraza!”.
Lula Da Silva ha sido denunciado y es investigado por la fiscalía de Sao Paulo, por presunto lavado de dinero y ocultación de patrimonio, en torno al caso fue detenido por varias horas el 4 de marzo en cumplimiento de una orden del juez federal de Curitiba, Sergio Moro.
El magistrado investiga una red de corrupción y un millonario lavado de dinero de la empresa estatal petrolera, Petrobras.
DC | AP