Román Duque Corredor no aceptará ser mediador en conflicto interno de Copei

El doctor Román Duque Corredor, no aceptará servir de mediador en el conflicto interno de partido social cristiano Copei, tal como lo informara a través de una carta abierta dirigida a la tolda verde, en la que deja ver cuales son las razones por las cuales no intervendrá como mediador.

A continuación la Carta Abierta dirigida a Roberto Henríquez, y Pedro Urrieta.

 

Caracas 31 de marzo de 2016

Dres.

Roberto Henríquez y Pedro Urrieta
Partido Socialcristiano COPEI.

Estimados hermanos socialcristianos:

Como mi nombre ha sido señalado, según la convocatoria aparecida en la prensa para un reciente Consejo Federal que se celebró en Caracas,  y  también  se ha mencionado en comunicaciones de algunos asistentes al otro Consejo Federal realizado en Valencia con anterioridad, y por cuanto se me ha solicitado por  personalidades socialcristianas, inclusive por  pastores de nuestra Iglesia,  que intervenga como un posible mediador para solucionar el grave problema interno de COPEI, cuya ideología comparto, y, sin sentirme comprometido con una u otra facción que se atribuyen su legitimidad, pero si preocupado por el futuro del socialcristianismo que pasa por encima de dicho conflicto;  creo que moralmente debo, antes de cualquier aceptación precisar los siguiente:

El conflicto de COPEI propiamente  jurídico o judicial,  se origina, por una parte, por una medida cautelar de la Sala Constitucional , por  la que se designó provisoriamente  una Junta Ad Hoc como subrogante en  las competencias de la Mesa Directiva,  solicitada por directivos de algunos Estados que ejercieron una acción de amparo por la supuesta violación de los derechos políticos de los militantes por parte de la actual Mesa Directiva en el proceso de elección de candidatos para las elecciones parlamentarias y al no reconocerles su condición de directivos regionales elegidos en procesos internos. Y, por otra parte,  por la posición  de la Mesa Directiva, que  alega   que no ha sido destituida  y, que la Junta Ad Hoc feneció en  sus funciones y que ratifica su condición de órgano de gobierno partidario.   Tal conflicto, a mi juicio, acarrea una crisis institucional partidaria interna, puesto  que en la práctica existen dos órganos de gobierno partidista paralelos,   y directivas estadales que apoyan a la Mesa Directiva o a la Junta Ad Hoc,  y  que adoptan decisiones contrarias y contradictorias,  entre otras,  la de convocar sendos  Consejos Federales,  para lo cual  ambos convocantes se atribuyen legitimidad.  Consejos Federales estos, que, por un lado,  uno convoca a elecciones internas y, por otro lado,  otro designa una Dirección para que acometa el proceso de reorganización del Partido mediante la designación de una Directiva transitoria.  Lo que a mi juicio profundiza el conflicto  y lo hace irreversible,  por cuanto pienso que ninguno de los Consejos Federales y sus decisiones resuelven el conflicto que está acabando con COPEI y, que por el contrario lo agravan y complican, por afectar su gobernabilidad.  En efecto, cualquiera de dichos Consejos, o la Mesa Directiva o la Junta Ad Hoc,  pueden ejercer nuevas acciones o solicitudes ante la Sala Constitucional en contra de las decisiones de uno u otro Consejo.  COPEI esta sumido en un conflicto de tal magnitud que pone en peligro su vigencia como partido y la  credibilidad de sus dirigentes y que ha terminando aislándolo del juego político, y que mientras no se resuelva internamente y se deje a medidas judiciales su solución, lo cierto es que su institucionalidad partidista está en estado terminal.

Toda esta situación ha originado una serie de ataques y respuestas y hasta ofensas e irrespeto entre ambos grupos que ha llevado al Partido a una inercia que hasta ahora ha sido imposible de parar.  Ambos contendientes están conscientes que no pueden alcanzar  la paz.  Hasta este mes de marzo de 2016 no se ha alcanzado por ninguno de los grupos la solución del conflicto originado a fines del año pasado,  que es más político que jurídico y que ya lleva más de seis meses.  Ningún sector  ha sido capaz de apartar sus obsesiones y enemistad para alcanzar la conciliación y  la unidad.   De esa vanidad nada va a salir. Cada uno dirá que la verdad es la suya y nada los hará salir de esa vanidad y la Mesa Directiva o la Junta Ad Hoc,  o cada Consejo Federal  que se realice,  irá por su lado, adoptando decisiones que de inmediato son cuestionadas por una u otra parte.  Cada grupo lleva a cabo la estrategia de ganar terreno por su cuenta sin voluntad alguna de dar por terminado el conflicto y cada parte actúa por su cuenta para que cualquier negociación esta condicionada por esa ventaja.

En verdad que en esas condiciones sin muestras de querer arbitrar consensos más que en decisiones judiciales o de organismos estatutarios partidistas, y sin una demostración de alguna coincidencia para buscar la conciliación o de desprendimiento de cuestiones personales o de desinterés por cargos políticos, es difícil pensar en una mediación exitosa.

Por lo expuesto, les expreso, por cuanto creo mi deber responder esa invitación que se me ha hecho, y además, por cuanto mi experiencia en el campo de la mediación me ha demostrado que sin evidencias de tener la voluntad de conciliación o de querer la mediación, por las partes en conflicto,  la mediación carece de sentido y de justificación. No dudo de la sinceridad y de la buena fe de quienes han propuesto mi intervención como mediador, pero, en verdad, que sin una manifestación por las partes interesadas de su intención de no agravar el conflicto o de no prolongarlo, por ejemplo, por algunos gestos o actitudes que lo evidencien, sería una irresponsabilidad de mi parte aceptar tal mediación, además de que es un contra sentido  aceptar una mediación cuando solo una parte así lo manifiesta.  Por tanto,  para que yo pueda tener esa convicción, los invito a que den una prueba de la voluntad de querer ir a una mediación, que supone no  solo admitir renuncias y concesiones recíprocas, sino una actitud que genere confianza, por ejemplo, no ofrecer declaraciones, ruedas de prensa u opiniones que generen más confrontación, o la de suspender convocatorias de consejos federales o asambleas o plenos zonales o reuniones para adoptar decisiones que puedan generar mayor conflictividad.

De manera, que creo que debo significarles, que sin un consenso sobre la mediación, y sin manifestaciones de la voluntad de querer conciliar, como las que he señalado,  no puedo ni debo aceptar ser mediador, ni aceptar ningún cargo transitorio para llevar a  cabo una mediación sobre la que no existe ambiente de conciliar divergencias.

Pienso que ustedes, en su ámbito interno, están convencidos del daño que se ha causado al socialcristianismo  por el presente conflicto y  a  la institucionalidad democrática, cuando se judicializan los problemas partidistas y cuando sus dirigentes son incapaces de arbitrar soluciones internas que son siempre mejores que las decisiones judiciales.

Con un abrazo socialcristiano, se despide de ustedes, pidiéndoles que por COPEI, el socialcristianismo venezolano y por nuestra democracia, que den muestra de la voluntad de conciliar, creando un ambiente propicio para ello.

Atentamente,

Román J. Duque Corredor

 

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