Aaron Stein, un hombre de 36 años residente de Pennsylvania fue noticia al ser arrestado por asaltar un banco con una falsa bomba construida por cables telefónicos, cinta adhesiva y un consolador.
El hombre jamás había robado ni tampoco se dedicaba a eso, pero el enterarse de la desaparición de 9 mil dólares que tenía ahorrados para su luna de miel lo llevaron a convertirse en delincuente cometiendo a su paso grandes errores.
Un plan inmejorable y la máscara de «Iron Man» en su cabeza seria su estrategia. La falsa bomba que armó con sus propias manos seria su arma y se dirigió confiado al banco de Crafton, ubicado al oeste de Pittsburgh donde amenazó a los cajeros con hacerla estallar pero la rapidez y pericia policial aunado a su inexperiencia conllevó a su arresto.
DC/Crítica