Cada día que pasa con la radicalización del proceso revolucionario los trabajadores del sector público reciben mayores presiones del gobierno para que acudan a los actos proselitistas bajo amenaza de sanciones administrativas que llegan hasta el despido, destacó el sindicalista Servando Carbone.
Así mismo destacó que en los días del asueto, hubo caravanas y concentraciones en todo el país con motivo de los actos del aniversario de la muerte del ex presidente Hugo Chávez y por otro lado marchas en contra el decreto del primer mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, decreto que reafirma las sanciones hacia los funcionarios “corruptos” del gobierno de Venezuela.
“La presión se hizo más evidente la quincena previa a la Semana Santa, en la que el gobierno de Nicolás Maduro no paró en realizar actos de calle y los empleados públicos fueron obligados a participar”, denunció el directivo de la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Público.
A su juicio, la situación de los empleados públicos se torna tediosa ante “un gobierno que decide actos proselitistas desesperados para distraer el verdadero problema del pueblo como es el tener que realizar largas colas durante horas para poder comprar los alimentos cada vez más escasos, además de recorrer infinidad de farmacias para conseguir las medicinas”.
El representante de Fentrasep indicó que para asegurar la asistencia obligatoria de los empleados públicos a las marchas, los organizadores pasan lista tanto a la salida del organismo como en el punto de llegada donde se realice el acto. Agregó que a los que asisten “los pueden premiar con una bolsa de comida o un lugar preferencial en los operativos de venta de comida que se realicen en la sede de los organismos”.
Según Carbone a quienes no asisten a las marchas les frenan los ascensos y los pagos extra, y llegan al extremo de despedir personal, como ocurrió en Cantv, sector salud y la Corporación Eléctrica Nacional, donde los trabajadores se declararon en desobediencia.
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