«Timochenko» también descarta que la paz se firme el 23 de marzo

«Timochenko», el jefe máximo de las Farc, aseguró en una entrevista con EFE que el cien por cien de las filas de la guerrilla apoya el camino de la paz, al que debe llegarse desde la «concertación» y que abrirá una nueva etapa en Colombia en la que las armas salgan para siempre de la vida política.

«Le garantizo que el cien por cien están convencidos de que éste es el camino acertado», afirmó Rodrigo Londoño, el verdadero nombre de alias «Timochenko», quien dijo que el grupo rebelde, en tregua unilateral desde julio de 2015, está aprovechando este momento para preparar a sus tropas para el fin del conflicto.

«Esta etapa la estamos aprovechando para eso, para decirles que en la paz tiene cabida todo el mundo y que es mucho más hermoso hacer la paz que la guerra», explicó el líder guerrillero.

Una paz que sigue sin fecha, ya que ambas partes han reconocido que será imposible firmar el acuerdo definitivo el 23 de marzo, el plazo que el Gobierno de Colombia y las Farc se dieron hace seis meses para poner fin a más de 50 años de conflicto armado.

«Timochenko» no quiso aventurar nuevos plazos para un posible acuerdo porque «esta experiencia nos muestra que las fechas no son lo mejor» y menos en un momento marcado por otra crisis en la mesa de negociación de La Habana.

El jefe de las Farc reveló que existen discrepancias con el gobierno sobre las zonas de ubicación de los guerrilleros que han frenado la posibilidad de anunciar ese 23 de marzo otro tipo de acuerdos como un alto el fuego bilateral y definitivo o uno en torno al paramilitarismo.

«Ya habíamos hablado de que era imposible llegar al acuerdo final el 23 de marzo, pero podíamos sacar algo y qué mejor que el cese el fuego bilateral y definitivo, donde le podíamos anunciar a Colombia: ha terminado la guerra», indicó.

Otro tema pendiente en las negociaciones es la fórmula sobre la dejación de armas por parte de la guerrilla, que deberá producirse 60 días después de la firma del acuerdo definitivo de paz.

Se trata «de sacar las armas de la actividad política. Perfecto y en nuestras manos no va a quedar ni un solo revólver. Pero por parte del Estado también deben tener el compromiso de que no se va a seguir asesinando a la gente por lo que piensa, por sus ideales o por su actividad política y social».

Frente al término «desmovilización» de la guerrilla, el máximo jefe de la insurgencia prefiere hablar de «movilización política», en la que las FARC quieren actuar como «catalizadores de un gran movimiento popular que siente las bases para construir una paz con justicia social».

«Hacer política no es nuevo para nosotros. La actividad militar respaldaba una acción política. Pero (con la paz) será un escenario distinto», apuntó.

«Es imprescindible, necesario y determinante» aunar a todas las fuerzas de la izquierda colombiana en una plataforma, según «Timochenko», quien sin embargo todavía no ha decidido si se dedicará en un futuro a la vida política activa: «No he sacado tiempo para pensar en eso», dijo.

En relación a la aplicación del sistema de justicia transicional, que implica restricción efectiva de libertad pero no prisión convencional para quienes admitan su responsabilidad en el conflicto, garantizó que si la guerrilla lo pactó con el Gobierno es porque está «dispuesta a ir a ese escenario».

Tras destacar que este proceso de paz es el único en el mundo que ha colocado a las víctimas en el centro, el jefe guerrillero dijo que han propuesto al Gobierno la celebración en Colombia de «un encuentro nacional de contrición de todas las fuerzas políticas del país».

«Nosotros estaremos ahí en primera fila para decir nunca más el uso de la violencia en la política, nunca más el uso de las armas para resolver diferencias», añadióTimochenko.

Señaló que las Farc han pedido perdón «en casos particulares y cuando ha correspondido»: «Lo que no queremos es hacer un espectáculo con el dolor» de las víctimas, sentenció.

Durante el proceso de paz que comenzó en noviembre de 2012, el jefe del Secretariado de las Farc no tuvo visibilidad pública hasta el pasado 23 de septiembre cuando viajó a La Habana para anunciar junto al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el acuerdo sobre justicia transicional que sellaron con un histórico apretón de manos.

Desde entonces ha permanecido en la capital cubana, sede permanente de las conversaciones, porque, según dice, los negociadores de la guerrilla le convencieron de que su presencia era más importante en La Habana que en Colombia.

«Timochenko» no participa en la mesa de negociación ni suele mantener contacto directo con el equipo del gobierno, pero se reúne todos los días, sin horario fijo, con sus compañeros de la delegación de paz que le informan del curso de las conversaciones.

Desde La Habana ha tenido algunas comunicaciones telefónicas con el presidente Santos en momentos importantes del proceso de paz, según contó a EFE.

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...