El hallazgo de una cabeza de un hombre dentro de una bolsa negra en la parroquia Luis Hurtado Higuera sorprendió a los vecinos de San Francisco.
Según cuentan los vecinos, en la madrugada se escuchó el sonido de una moto y seguidamente unos disparos, pero no fue sino hasta las 5 cuando se dieron cuenta que lo que se encontraba en el portón de una de las casas del barrio Almawin era la cabeza de un hombre.
La cabeza de la víctima, quien no era conocida para ninguno de los residentes de esa zona, correspondía a José Gregorio Pacheco Ríos, de 27 años, uno de los 10 fugados de los calabozos del Centro de Coordinación de la Policía Municipal de San Francisco, en Sierra Maestra.
Casi de forma simultánea, mientras los pesquisas del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas estaban en el sitio retirando la parte humana, efectivos de Polisur eran notificados de otro espantoso hallazgo:
El cuerpo de Pacheco estaba en una trilla del barrio Campo Alegre, parroquia Marcial Hernández, de la vía que conduce hacia Perijá, en el municipio San Francisco.
Pacheco, quien había sido detenido al menos cuatro veces, no era la primera vez que evadía de la justicia.
En diciembre de 2015, se “esfumó”, junto a otros 29 detenidos, de los mismos calabozos de la policía sureña.
La fuga masiva se produjo luego de que los reclusos abrieran un boquete en uno de los baños del calabozo.