Milanyela Abreu, llegó este martes a la morgue de Bello Monte para continuar con los trámites legales luego de haber enterrado por segunda vez los restos de su hijo, muerto en un enfrentamiento con Polisucre, en la avenida Rómulo Gallegos, el 24 de enero pasado.
Dijo que su hijo Jonathan Escalona, estaba desaparecido. Esa mañana salió de su casa en los Valles del Tuy, pero no regresó. La familia lo buscó en hospitales, comisarias y visitó la morgue de Bello Monte -a finales de enero y a inicios de febrero- pero le dijeron que allí no estaba. Desconocía ella que estaba muerto.
Aunque admite que Escalona estaba en malos pasos, no justifica haber tenido que sufrir durante casi dos meses, albergando alguna esperanza de que estuviera con vida. Así se mantuvo hasta que el 15 de marzo, llegó a su trabajo una citación del Cicpc para que acudiera al día siguiente a la sede de la División contra Homicidios en la avenida Urdaneta. “Me alegré porque dije, ‘está detenido’ y fui el 16 a entrevistarme con los funcionarios”, contó.
La sorpresa no fue la que esperaba. Le informaron que su hijo estaba muerto y por si fuera poco, su cuerpo había sido enterrado en una fosa común denominada “La peste”, en el Cementerio General del Sur. Fue sepultado con una identidad falsa, como Yordy Álvarez Mosquera. “Ellos dicen que tenía una cédula que no le pertenecía, pero no comprendo cómo entierran a alguien sin certificar que sea esa persona”, relató.
Allí, sumado a su dolor de madre, inició los trámites para exhumarlo. La solicitud la hizo el fiscal 127 del Área Metropolitana de Caracas y fue autorizada. Así se logró el 6 de abril, sacar los restos para enterrarlo en otra fosa independiente en el mismo cementerio.
Abreu, condenó el mal procedimiento que se siguió con el cuerpo de su hijo, a quien no pudo velar. Contó que estuvo hasta bajo tratamiento psiquiátrico cuando no tuvo noticias de él y ahora solo espera que este tipo de situaciones no se repitan.
DC|CD