Aproximadamente a la 3 de la mañana de este domingo se desató un grave incendio en el templo hindú Puttingal Devi en la localidad de Pravoor al sur de india dejando un saldo de 110 víctimas mortales y más de 380 heridos.
Según autoridades indias, un espectáculo no autorizado de fuegos artificiales sería el detonante del trágico y lamentable suceso. El fuego comenzaría cuando una chispa del espectáculo encendió otros fuegos artificiales que se encontraban en un anexo del templo.
El desespero, dolor, tristeza y miedo se apoderaron de la multitud descontrolada que se horrorizaba al ver como el fuego calcinaba a parientes y amigos. Equipos de rescate buscaban entre las enormes pilas de polvo, madera y concreto a los sobrevivientes de la tragedia.
Un empleado de la mesa de información del hospital al que fueron trasladados la víctimas aseguro, ‘Sólo intentamos tranquilizarlos para que puedan darnos la información, con la que podemos ayudarlos a buscar a sus familiares desaparecidos». Por otra parte Krishna Das, residente del pueblo de Paravoor comentó: “Fue un completo caos. La gente gritaba en la oscuridad. Se oían sirenas de ambulancias, y en la oscuridad, nadie sabía salir del complejo».
Una muchedumbre se aposto fuera del hospital preocupada por sus seres queridos, mientras personal del hospital se encargaban de repartir lotes de emergencia con toallas, ropa, agua potable y galletas.
A. Shainamol, máximo responsable del distrito de Kollam aseguró que,»Se les dijo claramente que no se autorizaría ninguna clase de fuegos artificiales’.
La policía detuvo e interrogó a cinco trabajadores para intentar obtener información sobre quién era el dueño del material pirotécnico y quien contrato el espectáculo. Los trabajadores serían luego liberados y la policía investiga a miembros de la junta y asociados de contratistas de fuegos artificiales quienes podrían ser acusados de homicidio por negligencia además de intento de asesinato y almacenaje ilegal de explosivos que acarrea cadena perpetua.
DC/El Universal