a sequía que sufre Venezuela ha convertido áreas del embalse de Guri, uno de los más grandes del mundo, en un desierto. Aun así, el Gobierno es optimista de que la lluvia llegará en cuestión de semanas para recomponer la gigante instalación, que proporciona la mayor parte de la energía de la nación miembro de la OPEP.
En un recorrido por el complejo hidroeléctrico en el río Caroní, el ministro de Energía Eléctrica, general Luis Motta, dijo a Reuters que las previsiones mostraban una probabilidad de lluvia de entre 70-80 por ciento hacia el final de abril o en mayo, para detener el descenso de Guri a un nivel crítico de 240 metros.
Conduciendo, caminando y navegando alrededor de la zona de 4.600 kilómetros cuadrados, Motta, de 57 años, señaló escenas inéditas reveladas por la ausencia de agua: barcos que permanecían hundidos, dunas de arena en zonas previamente sumergidas, ganado que vaga en la tierra reseca.
“Tenemos que aguantar”, dijo el general, a quien el presidente Nicolás Maduro encargó de gestionar el sector eléctrico desde finales de 2015, cuando se intensificaron los efectos de el fenómeno de El Niño.
“Haremos todo lo humanamente posible y también con el favor de Dios para que nos venga una buena época de lluvia y poder volver a recuperar el Guri y mantener el servicio sin tomar otras medidas extremas que en otros países se están tomando”, agregó.
“Como el Sahara»
Muchos venezolanos dicen que los cortes de energía y agua ya los están afectando de manera diaria, en adición a sufrir una complicada recesión económica, aunque Maduro ha dicho que quiere evitar un “doloroso” racionamiento.
Motta, que también dirige la corporación estatal de electricidad Corpoelec, ha pasado tres semanas en Guri supervisando a unos 15.000 trabajadores.
Entre las medidas tomadas por la crisis, están siendo dragados canales para conducir agua entre lagunas aisladas por tierra emergente.
“Sigue descendiendo pero estamos parando el descenso buscando que nos llegue la lluvia”, dijo.
Motta, quien a menudo es víctima de burlas de los partidarios de la oposición en las redes sociales, fue mordaz al descartar las críticas sobre que la falta de inversión, preparación y diversificación de fuentes de energía, son los culpables de la situación.
“Han tratado de banalizar la situación, inclusive hablaron que esto era mentira, que El Niño no existía, que era falta de inversión, pero aquí está: el que tenga ojos, que vea (…) Parece el Desierto del Sahara, hay dunas formadas, se ven peces muertos”, señaló.
Con cerca de dos tercios de la energía consumida en los hogares, los venezolanos deberán contribuir al ahorro, sobre todo en el sector residencial, añadió. “Si no llueve, y no damos una respuesta, muchos hermanos van a sufrir, muchos, incluyendo mi familia. Todos”.
DC | Reuters