La necesidad, locura o simplemente la indolencia serían las posibles causas que llevaron a Celmira María Palmar, una indígena de 25 años a no notificar que hacía pocas horas había abortado a su pequeña criatura de apenas seis meses de gestación en un callejón del barrio Raúl Leoni, en la Curva de Molina ayer a las 8.30 de la mañana.
La mujer tapó con un cartón a la criatura y caminó como si nada hubiese pasado, hasta la cola del supermercado sin contarle a nadie lo sucedido. La sangre que caía por sus piernas la delató y los demás compradores notificaron a efectivos policiales de la zona sobre el misterioso suceso, trasladándola en ambulancia hacia la maternidad Castillo Plaza, donde los doctores descubrieron el motivo del sangrado e informaron a las autoridades.
Un comerciante de la zona confirmó que logró ver el feto en el suelo antes de que la policía llegara y que éste se encontraba “formadito”. Investigadores se presentaron en el sitio para el levantamiento del cadáver.
La mujer quedo detenida y a la orden de la fiscalía 35º en materia de niños y adolecentes.
DC/La Verdad