Los venezolanos lidiarán con cuatro horas diarias sin luz a partir del lunes debido a la sequía provocada por el fenómeno El Niño. Pero la mala noticia no llegó sola. Ahora habrá menos cerveza para paliar el calor.
La castigada economía de Venezuela recibió hoy estos dos nuevos golpes: el agravamiento de la crisis energética y el cese de la producción en la Cervecería Polar que impactará a unos 300.000 trabajos indirectos y 10.000 directos.
El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta, anunció que habrá una suspensión de electricidad durante 40 días en 10 de los 24 Estados -incluido el distrito capital-, donde se concentra la mayor parte de la población y el motor industrial venezolano.
El país con las mayores reservas petroleras del mundo, que ya vivió una dura crisis eléctrica en 2010, sufre apagones sobre todo en las provincias y racionamientos de agua, lo que aumenta las dificultades cotidianas.
«En el interior del país ya hay racionamiento, aquí en la ciudad será un caos. Trabajamos y vivimos a media marcha. ¿Qué voy a hacer sin computadora e internet? El gobierno no tomó previsiones para que no dependiéramos tanto de (la represa) El Guri», dijo Maribel Rondón, abogada y pequeña empresaria de transporte de 47 años.
Racionamiento programado
Motta precisó que el 63% del consumo total de electricidad se concentra en la zona residencial y que la población no ha tomado conciencia de la necesidad de ahorrar y ahora habrá que hacer recortes programados entre las ocho de la mañana y la medianoche.
El derroche de electricidad, advirtió, impacta severamente al embalse de la central hidroeléctrica El Guri, que provee 70% de la energía del país y está apenas 2,88 metros por encima del nivel mínimo de 240 metros sobre el nivel del mar.
«Es una medida que es necesario tomar para preservar el agua que en este momento queda en el embalse Guri, motivado por la fuerte sequía y el fenómeno climático El Niño», explicó Motta, al señalar que 40 días es el tiempo necesario para que llegue el período regular de lluvias de mayo.
La medida forma parte de un plan especial de ahorro de energía que emprendió el gobierno de Nicolás Maduro hace dos meses, que ha implicado la reducción de la jornada laboral del sector público en un 40% y varios asuetos.
Para aprovechar más la luz del día, a partir del 1 de mayo se adelantarán los relojes 30 minutos, volviendo al huso horario de cuatro horas menos respecto del meridiano de Greenwich.
Además, el gobierno exigió a los grandes consumidores, como centros comerciales y hoteles, a generar su propia energía con plantas eléctricas, lo que ha hecho que varios establecimientos cierren más temprano.
El analista económico Luis Vicente León advirtió que este tipo de medidas afectan la productividad de un país ya sumido en una aguda crisis económica, con recesión, la inflación más alta del mundo (180% en 2015) y escasez de alimentos.
Birras programadas
Para colmo de males, la Cervecería Polar, ícono del mayor grupo empresarial del país, anunció que dejará de vender cerveza, pues sólo tiene «cebada malteada para producir hasta el 29 de abril», debido a que no cuenta con divisas para reponer inventario y pagar a sus proveedores, ante el control cambiario estatal que rige en Venezuela.
«Nos vemos obligados a suspender la producción de cerveza y malta hasta lograr el acceso a las divisas necesarias para la procura de la materia prima», advirtió Polar, la principal del mercado cervecero del país.
La medida tendrá un impacto negativo sobre los 10.000 puestos de trabajo directos y más de 300.000 indirectos entre franquiciados, transportistas, clientes y proveedores en todo el país, agregó, sin precisar si habrá despidos o cierre de fábricas.
«Se beberá mucho menos. Ahora el beber será más programado. Ocasiones especiales, cumpleaños, aniversarios, bautizos. Si antes te tomabas 6, ahora serán 3. Pasaremos a ser bebedores ocasionales», declaró Jorge Díaz, un comerciante de 33 años.
El accionista mayoritario del grupo Polar, el venezolano Lorenzo Mendoza, es acusado por Maduro de detener su producción, como parte de una «guerra económica» de empresarios de derecha para desestabilizar a su gobierno.
Del grupo empresarial Polar, creado hace 75 años, salen la mayoría de los productos que consumen los venezolanos, como la harina de maíz con la que hacen las arepas, su plato típico por excelencia.