“Si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir, como manda la Constitución, el periodo, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón”.
Con este mensaje, dilapidador, por demás, del entonces Presidente de la República, Hugo Rafael Chávez Frías, el 8 de diciembre de 2012 a las 9.30 de la noche, fue sentenciado el pueblo venezolano a la peor desgracia de los últimos tiempos.
Este martes 19 de abril Nicolás Maduro cumplió tres años de su dudosa llegada a la presidencia del país, y como si de un pasaje bíblico se tratara, ha sido la peor plaga que ha caído sobre Venezuela porque poco a poco ha ido acabando con lo poco que quedaba, o mejor dicho, con lo poco que había dejado su antecesor, hasta ese momento.
El señor Presidente y su pandilla, entiéndase, TSJ, CNE, AN (desde 2005 hasta diciembre de 2015), Defensoría del Pueblo, Poder Moral, entre otros compinches, terminaron de aniquilar la producción nacional, continuó con las expropiaciones, propició la estampida de mano de obra de dos millones de venezolanos; ha sido cómplice en los casi 30 mil homicidios anuales que ocurren en el país, según las cifras del Observatorio Venezolano de Violencia.
El balance de estos tres años de desgracia está a la vista, y peor aún, lo vivimos todos, absolutamente todos los venezolanos, sin excepción, porque el hambre, la sed, la oscuridad y la enfermedad no conocen de clase social, y mucho menos de color o tendencia política.
Los números son bochornosos y alarmantes. Según las cifras ofrecidas por el propio Gobierno, somos el país con la inflación más alta del mundo, 180.9% en 2015; la población pasa entre ocho y 12 horas en una cola para ver si tiene suerte de comprar un kilo de arroz; entre tres cuatro veces al día cortan la luz porque el Guri está a dos metros del colapso; más de 15 días sin agua pasa la población en Maracaibo, por citar, un ejemplo; más de 30 mil personas infectadas con zika en menos de un año; y pare de contar.
El tiempo se le acabó señor Presidente, tres años son más que suficientes para dejar claro, que un país no es un autobús para conducirlo cuando a usted le provoque salir y por el camino que a usted le parezca transitar. Venezuela le quedó grande.
Por eso lo vamos a revocar, muy a pesar suyo, de la señora Tibisay Lucena y del resto de la pandilla; este año comenzaremos a construir la Mejor Venezuela donde el respeto, la reconciliación y el reconocimiento sean la base de ese trabajo para sacar al país de la desgracia en la que su ineficiencia nos metió.
Hace dos años, mi hermano Leopoldo López inició la lucha por la Mejor Venezuela, y aún y cuando lo encarcelaron injustamente, el trabajo continúa; y somos 30 millones de “Leopoldos”, los que con fuerza y queremos un Cambio Ya, y seguiremos trabajando para continuar conquistando espacios, como lo hicimos el 6 de diciembre de 2015 al ganar por mayoría absoluta la Asamblea Nacional.
Como dijo Leopoldo López, “el que se cansa pierde”, y sepa, señor Presidente, nosotros no nos cansamos.
DC / Lester Toledo / Diputado CLEZ / @LesterToledo