De un hachazo, sí, de un hachazo, y no de un plumazo; el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), tumbó, “por ahora”, la posibilidad de que en Venezuela finalmente entremos a un proceso de verdadero diálogo y reconciliación, al declarar “inconstitucional” la Ley de Amnistía, sancionada por la Asamblea Nacional.
Como si de una tribu de indios se tratara, los siete magistrados de la Sala Constitucional decidieron cambiar la balanza, símbolo mundial de la equidad en la justicia; por la de un hacha de guerra para hacer trizas la voluntad del pueblo venezolano quien el 6 de diciembre pidió un Cambio, que pasa por la reconciliación nacional.
Lo que hizo el pasado lunes el TSJ fue un acto de suprema hipocresía y burla contra un país; pero además es la fiel muestra de la sumisión y dependencia absoluta ante el Jefe de la pandilla, Nicolás Maduro, quien pública y notoriamente dijo que la Ley de Amnistía “jamás” sería aprobada, segundos después de informar que la enviaría a su bufete de abogados, es decir, a la Sala Constitucional.
Con esta decisión el mensaje está claro, la máxima instancia de justicia, está cerrándole la puerta al diálogo, a la paz y a la reconciliación. La Ley de Amnistía, no es un capricho; es la base para comenzar a reconstruir un país de respeto, tolerancia y reconocimiento porque al fin y al cabo todos somos necesarios en la Mejor Venezuela.
Seguro estoy, que a pesar de las zancadillas de Maduro y su pandilla; pronto estarán en libertad Leopoldo López, Daniel Ceballos, Antonio Ledezma, Manuel Rosales, los estudiantes, y cuanto preso político hay en este régimen que ya va de salida.
Gladys Gutiérrez (Presidenta), Arcadio Rosales (Vicepresidente), y los magistrados Carmen Zuleta, Juan José Mendoza, Calixto Ortega, Luis Fernando Damiani y Lourdes Suárez, son los magistrados de la Sala Constitucional del TSJ, que no tendrán cara para mirar a sus nietos cuando les pregunten ¿por qué caímos tan bajo?, ¿por qué se vendieron por unas monedas y unos escoltas?.
Nosotros, no rendimos, “el que se cansa pierde”, como muy bien nos lo dijo y a cada rato nos lo recuerda, Leopoldo López; por eso seguiremos dando la batalla por la Ley de Amnistía y por todas las leyes aprobadas por la Asamblea Nacional, porque al fin y al cabo es la voluntad de un pueblo que anhela un mejor país.
El próximo martes 19 de abril, cuando conmemoramos 206 años de la emancipación en Venezuela, el llamado es a participar en la gran movilización nacional que ese día haremos para exigir respeto a la Constitución y a la voluntad expresada por el pueblo en las elecciones parlamentarias en las que dejó claro que quiere un Cambio Ya.