Un restaurante de dos niveles, suspendido en el aire al borde de uno de los cañones más grandes de América y con vistas a una cascada espectacular, promete una ‘experiencia de altura’ no apta para cardíacos, en Chihuahua, México.
Biré Bitori, es un restaurante que se levantará en las imponentes Barrancas del Cobre o Cañón del Cobre, en el estado de Chihuahua, al norte de México.
Cuando esté construido, no sólo ofrecerá unas vistas espectaculares casi a vuelo de pájaro del majestuoso entorno natural donde estará asentado, sino además la potente experiencia de charlar, pasear, comer y beber sin tierra debajo de los pies, sobre una gigantesco balcón de acero y cemento edificado en un voladizo y con su suelo parcialmente trasparente.
Quienes temen a las alturas deberían abstenerse de acudir a este restaurante, donde los comensales podrán visitar una plataforma de observación, refrescarse mirando una piscina al aire libre o hacer ‘rappel’ hasta el fondo del cañón, además de vivir una experiencia culinaria única, según el periódico inglés Daily Mail.
Una experiencia gastronómica de altura
Este exclusivo establecimiento gastronómico se situará en el corazón de la Sierra Tarahumara, en el suroeste del estado de Chihuahua, sobre la cima de las majestuosas Barrancas del Cobre que, según el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), se llaman así por el tono cobrizo de sus paredes y son más largas y profundas que las del Gran Cañón de Arizona, tienen con una extensión de 59.545 kilómetros y, desde hace siglos, son el hogar de los indígenas rarámuri o tarahumaras.
Según el Daily Mail, desde el Biré Bitori, podrán observarse desde arriba la impresionante cascada Basaseachi, que según en el CPTM en lengua rarámuri significa “la cascada o el sitio del coyote”, una de las más altas de México, con 270 metros de caída libre, y que lleva el nombre de la hija del rey Candameña, que gobernaba la Alta Sierra Tarahumara, hace más de 500 años.
Biré Bitori significa en tarahumara «un plato» y el concepto del restaurante y del nombre fue desarrollado por la chef María Andrea Payne, con la intención de crear una experiencia de altura con una de las mejores vistas del mundo que fuera un hito para el turismo gastronómico, informan a Efe los autores del proyecto, TALLArchitectos.
El establecimiento estará en una ubicación privilegiada y con fácil acceso dentro de la Sierra Tarahumara, vecino al Hotel Posada Mirador asentado en el borde del cañón, cerca de su punto más alto, y a un lado de la estación del Ferrocarril del CHEPE que cruza algunos de los terrenos más accidentados de México, abrazando el borde de montañas y cruzando barrancos profundos en sus puentes.
“El restaurante servirá platillos de productos locales y los artesanos de la zona elaborarán los muebles y accesorios, con lo cual se busca apoyar a la economía local y recuperar las raíces autóctonas”, según los fundadores de Tall, los arquitectos Lázaro y Sebastián Gutiérrez Cortina Sainz, y Leonardo Montero Tello.
Según sus creadores funcionará como mirador sobre las Barrancas del Cobre y “creará un espacio radical donde la experiencia superará cualquier expectativa, tendrá dos niveles y se asentará sobre unas enormes vigas enclavadas en la pared del Cañón de Cobre”.
Dos niveles con vistas al abismo
El nivel superior será una plataforma o terraza de observación de forma cuadrangular situada al aire libre y con un espacio abierto también cuadrangular en su centro. Este hueco funcionará como una ventana, desde la cual se observará un área cuadrada de suelo de cristal transparente situado en el centro del nivel inferior, donde se alojarán la mayoría de las mesas del restaurante.
Aquellas personas que miren el cuadrado de suelo transparente, tanto desde la terraza superior como directamente al caminar en el nivel inferior, observarán el vacío que se abre debajo del edificio, así como el muro rocoso y el fondo del barranco, según los responsables de este proyecto.
Una tercera área del Biré Bitori, que no estará suspendida en el aire sino asentada sobre el suelo de barranco, será una plaza abierta que servirá de acceso y zona de aparcamiento delimitada por muros de 2,5 metros de altura, de modo que los únicos elementos visuales que se percibirán allí serán el cielo, la piedra y un pequeño espejo de agua o piscina de forma rectangular.
Los arquitectos informan a Efe que con esta plaza tratan de lograr que el espacio encuentre cobijo en sus muros y que la arquitectura y la Barranca del Cobre se descubran poco a poco, para no perder la sensación de misterio y asombro.
Según sus autores este proyecto consta de un recorrido escalonado que converge a un gran vestíbulo con cristaleras y aberturas sin cristal en sus laterales, para que los comensales puedan disfrutar de las vistas desde las mesas, enmarcando importantes fragmentos del paisaje, así como un cuadrado de cristal en su centro para poder admirar el vacío de la barranca.
“La filosofía del diseño es la de simplificar al máximo las formas para permitir que los colores o decoraciones tomen posesión del espacio, y manejar el color mismo del material pétreo como complemento de la arquitectura, sin modificar el espíritu de paz, alegría, refugio y bienestar para lo cual fue concebido, ni romper con el protagonismo de la barranca”, concluyen desde Tall.
DC|Agencias