El comité organizador de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro presentó este viernes el diseño de las entradas físicas a los eventos deportivos del próximo agosto.
Los boletos, de una longitud aproximada de 20 centímetros y una anchura de 10 centímetros, contienen los colores propios del diseño olímpico de esta edición de los Juegos, con el verde, azul, rojo y amarillo sobre una base blanca.
La impresión corre a cuenta de una gráfica estadounidense especializada en la producción de entradas, que este viernes ha comenzado su envío a los organizadores de Brasil, según explicó el director de entradas de los Juegos, Donovan Ferreti, durante el evento de presentación.
De los seis millones de entradas totales producidas para los Juegos, ya se han vendido cuatro millones y quedan disponibles otros dos millones, que se pueden adquirir a través de la página web oficial de Río 2016, a través de los canales autorizados en otros países o en las taquillas que serán abiertas a partir de junio.
Además de las medidas de seguridad que se aplican para evitar la falsificación y la reventa, que no fueron detalladas, Río 2016 cuenta desde hace más de un año con el apoyo de diferentes cuerpos de la policía de Brasil, que ya hacen un seguimiento a través de internet y durante los Juegos lo harán en las instalaciones antes de los eventos.
En abril pasado la policía ya evitó una operación de reventa ilegal de hasta 700 entradas que estaba siendo desarrollada por diez personas a través de las redes sociales, explicó Ferreti.
Además de la entrada física, los organizadores pusieron a disposición del público el pasado 2 de mayo billetes en formato electrónico, que se pueden imprimir en casa o descargar en los teléfonos móviles.
Por seguridad, recomendó a los usuarios que ya tuvieran su entrada que no cuelguen fotos en internet de dichas papeletas o, al menos, que no se vean datos específicos como el código de barras, el nombre y el número de asiento para evitar así posibles falsificaciones.
Los compradores que desistan de asistir a los Juegos y quieran recuperar su dinero, pueden vender sus entradas a los organizadores, que se encargarán de revenderla a otros interesados.
Durante los Juegos, los agentes de seguridad se encargarán de escanear los códigos de barras de todas las entradas antes de acceder a las instalaciones, evitando así que se presenten códigos repetidos.
En el caso de que alguien olvidara o perdiera su entrada, puede contactar también con las autoridades olímpicas a través de la página web, que le asignarían un nuevo código y bloquearían el anterior que le fue asignado.
DC | EFE