Francia se prepara para un nuevo pulso entre el Gobierno y gran parte de los sindicatos por la reforma laboral que tramita el Ejecutivo socialista, un polémico texto que se enfrentará esta semana a otra oleada de huelgas y bloqueos en los sectores de los transportes públicos y de la energía.
«Retirar el texto sería malo para los asalariados. Mi puerta está siempre abierta, siempre estoy dispuesto a hablar» pero «considero que es mi responsabilidad ir hasta el final», declaró el primer ministro, Manuel Valls, en una entrevista publicada este sábado en Le Parisien, antes de reunirse con representantes del sector petrolero.
DC|EFE