13 años han pasado desde que Pixar estrenó Buscando a Nemo, una experiencia que transportó a los fanáticos hasta los más oscuros rincones del mar en una tierna y entretenida película animada. Ahora, el director Andrew Stanon nuevamente se embarca en esta aventura, pero siguiendo a Dory, «el personaje secundario más importante» que le ha tocado crear.
La amable y olvidadiza pececilla azul regresa este 17 de junio a la pantalla grande con Buscando a Dory, una película centrada en ella y en la búsqueda de su verdadera identidad, que la lleva por un largo camino tratando de encontrar a sus padres.
En su aventura, Marlín y Nemo se encuentran dispuestos a ayudarla. Sin embargo, terminan en rumbos separados, lo que hace que Dory deba encontrar nuevos aliados para lograr su objetivo. Uno de ellos es Hank, un pulpo con siete tentáculos sin sentido del humor y con una gran capacidad de camuflaje, y que sin querer terminó convirtiéndose en el gran desafío de Pixar. Emol visitó los estudios y conversó con los cerebros detrás de la película, quienes por medio de imágenes y videos explicaron cómo fue posible crear su «personaje más difícil».
«Cuando me pidieron que empezara a diseñar a Hank, comencé a estudiar las diferentes especies. En todos mis años, jamás me habían pedido hacer un pulpo. Encontré el video de un Octopus Vulgaris, que puede camuflarse en sólo segundos, lo que es difícil de imaginar, y también tiene una textura especial. Así que cuando lo vi, pensé ‘Esto es lo que estoy buscando’. De ahí comencé a tener ideas, como que quizás Hank era una especie de superhéroe con varios poderes», cuenta Jason Deamer, director artístico del personaje.
«Lo otro que encontré increíble fue que los pulpos tienen una capacidad para estirarse y deslizarse, lo que me pareció un gran desafío: tenía que tratar de hacer un personaje que pudiese hacer todas estas cosas. Así que el poder llegar a hacer todo eso, para mí, desde el punto del diseño fue completamente un éxito, porque en nuestro mundo esto es algo que jamás se había hecho. Era algo nuevo», agrega.
Según explicaron los cerebros tras Hank, el desafío más difícil no fue el diseño del personaje, sino que animarlo, ya que necesitaban hacer que sus desplazamiento sea lo más parecido posible a un pulpo de verdad, porque la atmósfera de Buscando a Dory debía ser lo más idéntico posible al mundo marino. Para eso, tuvieron que poner especial énfasis al movimiento de los tentáculos.
Pese a que en algunas de las películas de Pixar aparecen personajes con extremidades parecidas, como en Monsters Inc, ninguno estaba basado en la naturaleza. «En ellos, no teníamos esa complejidad de tener que parecerse a un pulpo de verdad. Era mucho más simple, porque además no era alguien que llamara la atención», explica Jeremie Talbot, el supervisor de personajes de la cinta.
Para lograr crear el pulpo se necesitó entre cuatro a cinco semanas sólo para lograr la idea de cómo debía ser el personaje y para llevarlo a cabo, 50 personas trabajaron en él.
Para lograrlo, uno de sus creadores tuvo la idea de asimilarlo a una telaraña, ya que las curvas que éstas tienen se parecen a las que se crean con los movimientos de los tentáculos. Por otra parte, notaron que lo que necesitaban era algo como la serpiente de El libro de la selva. «Su movimiento es igual en cierto grado de complejidad. Así que la tomamos en cuenta para fijarnos en ciertos aspectos del movimiento del pulpo», asegura Talbot.
«Más que ser entretenido, diría que lograr hacerlo fue una recompensa, porque en términos de animación, fue algo realmente difícil, más que todo por la complejidad que tiene el personaje. Al final, logramos hacerlo y fue algo gratificante», asegura por su parte John Halstead, supervisor de dirección técnica. «Para mí es el personaje más difícil de hacer, y creo que para el resto también lo fue».
DC|El Mercurio de Chile