La ex rehén de la guerrilla FARC Ingrid Betancourt volvió a Colombia para participar este jueves en un foro por la reconciliación, en el que suplicó al país «abrazar» la posibilidad de la paz y promover el perdón tras más de medio siglo de conflicto armado.
«Le formulo hoy a Colombia una sola súplica: que tenga la audacia de confiar en sí misma y abrazar con todas las fuerzas de su alma el grandioso prospecto de la paz», dijo Betancourt en el foro «Reconciliación, más que realismo mágico», con ocasión del cual volvió a su país tras años de ausencia.
En un discurso durante el cual la emoción le pudo a la voz en más de una ocasión, Betancourt recordó algunas experiencias que vivió durante los más de seis años en que estuvo en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), hoy en la recta final de un proceso de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, y pidió al país abrirle la puerta a la reconciliación.
La ex congresista colombiana, quien tiene además nacionalidad francesa, fue secuestrada en 2002 cuando era candidata presidencial por el partido verde Oxígeno y liberada en 2008 junto a otros rehenes en un operativo militar conocido como «Operación Jaque», dirigida por Santos, entonces ministro de Defensa, y de gran repercusión mediática.
«No hay nada más fuerte que el perdón para detener la deshumanización» que ha afectado a todos los colombianos tras más de medio siglo de conflicto, dijo Betancourt este jueves, al relatar cómo en un momento difícil de su cautiverio un guerrillero le pidió perdón por algo que le había dicho y ese hecho le ayudó a superar el bajón que atravesaba.
«Para que la reconciliación sea posible, el resultado de pedir perdón y de conceder perdón no puede ser igual a cero (…) todos los colombianos deben ganar más con la paz que con la guerra», aseveró.
Sobre el proceso de paz con las FARC, la ex rehén -que solo ha vuelto a Colombia en contadas ocasiones tras su liberación- dijo que tanto las «ambiciones» de justicia que tiene la sociedad como las de «seguridad jurídica» a las que aspira la guerrilla son compatibles.
«Nosotros como sociedad aspiramos a que no haya impunidad, ellos, los de las FARC, requieren seguridad jurídica. Ambas ambiciones son justas y no son incompatibles: la posibilidad de una justicia transicional es una propuesta creativa y madura para resolver esta ecuación», aseguró.
DC | AFP