“El que hoy en día la iniciativa sexual no dependa del género se traduce en mayor equilibrio de poderes y más libertad sexual para hombres y mujeres. A la larga, ambos géneros se benefician de la liberación de antiguos tabúes que constreñían el libre desarrollo de la personalidad”.
Con esa afirmación, el sociólogo Carlos Colina, profesor titular de la Universidad Central de Venezuela, descarta que en estos tiempos el poder o la moralidad guarden relación con tomar la iniciativa en el sexo.
Señala que el sexo placentero, seguro y responsable debe ser asunto de ambos géneros. Asevera que la galantería tenía una carga patriarcal, machista y sexista en la época medieval: “En ese contexto, a la dama se le adjudicaba un papel pasivo; si era activo, tenía que ser discreto, muy sutil y soterrado; nunca evidente y directo”.
El sociólogo explica que con las revoluciones contracultural y sexual de los años sesenta cambiaron muchos roles, contextos y situaciones: “Los movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XX pusieron sobre la palestra los derechos sexuales y reproductivos.
De hecho, con los logros de los movimientos de liberación feminista y lesbigay, y recientemente con las redes sociales, se han igualado los términos: “La iniciativa puede ser de cualquiera, sin importar el género”.
Por otra parte, Colina afirma que la ideología judeocristiana, como muchos dogmas religiosos, tiene un problema con la equidad de género, pues solo a las mujeres las responsabiliza de la educación sexual.
El sociólogo señala que el combate del embarazo en adolescente es asunto también de varones, padres y de una educación sexual en el uso de métodos anticonceptivos.