El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, salió hoy en defensa de los opositores venezolanos que le visitaron hace dos semanas y a los que el chavismo ha pedido investigar por «traición a la patria».
«He seguido con preocupación las acusaciones por parte de sectores del Gobierno de Venezuela de ser ‘traidores a la patria’ a un grupo de legisladores, elegidos por el pueblo de ese país, por visitarme recientemente e informarme de la situación de su país», afirmó Almagro en una declaración escrita.
Según el secretario general, los legisladores le recordaron «los compromisos que nos rigen a todos en el hemisferio, en lo que tiene que ver con la defensa de la democracia y el respeto a los derechos humanos»,
La fracción oficialista del Parlamento de Venezuela solicitó el pasado 5 de mayo a la Fiscalía de ese país investigar a varios diputados de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que, a su juicio, «traicionaron la voluntad del pueblo venezolano» al buscar la activación de la Carta Democrática Interamericana (CDI).
Se trata de la delegación de seis diputados que se reunió hace dos semanas con Almagro en Washington para explorar los mecanismos de la OEA ante la «crisis política y social» que para ellos vive Venezuela, entre los que se encuentra la aplicación de la Carta, que tiene como última consecuencia la expulsión del organismo.
«Todo aquel que quiera para su patria más derechos, más libertad, más democracia, y que para ello recurra a la ayuda de las instituciones americanas que tienen su lejano origen allá por Panamá en 1826, debería ser considerado un patriota y un defensor de la democracia, más allá de a qué partido político pertenezca», defendió Almagro en su nota enviada a la prensa.
El titular de la OEA subrayó que «no fueron traidores» quienes en 2001 (cuando se creó la Carta) reafirmaron los derechos democráticos, «ni quienes en nombre de sus países se comprometieron a cuidar por ellos».
«Tampoco han traicionado a sus patrias quienes en los años que ya tiene esta Carta han recurrido a la ayuda de la OEA», señaló.
«Baste con recordar el papel que, a pedido del presidente Hugo Chávez Frías y en cumplimiento de la CDI, tuvo la secretaría general de la OEA en Venezuela en el (golpe de Estado del) año 2002″, agregó Almagro.
Entonces fue el Gobierno de Venezuela quien acudió a la OEA, que comenzó con las reuniones que contempla la Carta Democrática pero no prosiguió con el proceso, ya que el golpe terminó antes.
Almagro defendió en su declaración la Carta Democrática y su «deber como secretario general de velar por el cumplimiento de las normas interamericanas que nuestros países han acordado y que nos obligan a todos».
«Los instrumentos del Sistema Interamericano que tienen como finalidad la defensa del sistema democrático han sido acordados por todos nuestros gobiernos. Ellos no están pensados para su única salvaguarda, sino para el bien del ciudadano de nuestro continente», añadió.
«La CDI no es un instrumento impuesto a los países, ni su objetivo es el de sancionar. Las posibles sanciones son el último de los recursos», precisó.
Esta declaración de Almagro llega cuando estudia la información que le facilitó la delegación opositora sobre la situación en Venezuela para decidir si aplica o no la Carta Democrática.
Junto a esos datos, analiza también el discurso que hizo ante el Consejo Permanente de la OEA la semana pasada la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, quien le acusó de ejecutar «bajas maniobras» para contribuir a una «campaña internacional» promovida por Estados Unidos para una intervención en Venezuela.
DC|EFE