Recientemente fui invitado a participar en una actividad sobre Doctrina Social de la Iglesia, organizada por el equipo de la Iglesia “Padre Claret”, a quienes debo felicitar y motivar a seguir desarrollando estos encuentros, los ponentes fueron mis amigos Rafael Díaz Blanco, Guillermo Yépez Boscan y el padre Andrés Bravo.
La actividad fue pedagógica y bien concurrida, llegado el momento de las conclusiones uno de los asistentes planteo el tema del uso de la violencia como herramienta de lucha legítima, era evidente que en un País con altos de niveles de violencia y confrontación se iba a desatar un intenso debate como efectivamente ocurrió.
En algún momento del debate, sentí preocupación, se intentaba justificar válidamente el uso de la violencia desde la visión de la Doctrina de la Iglesia, hubo alguien inclusive que se atrevió a afirmar, en broma o en serio, no lo sé “¡que las guarimbas estaban justificadas!”
Con el argumento “legítima defensa” intentaban explicar el uso de la violencia, inclusive leyeron un párrafo del libro “Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia” publicado por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), el cual textualmente dice: “en el trágico caso que estalle la guerra, los responsables del Estado agredido tienen el derecho y el deber de organizar la defensa, incluso usando la fuerza de las armas” (catecismo de la iglesia católica numero 2309) ahora bien, miremos el contexto en donde está enmarcado este párrafo. En primer término, el numeral 2309 forma parte del capítulo III del catecismo citado, referido a la “Defensa de la Paz”, en donde su primer numeral dice: “Recordando el precepto: “No matarás” (Mt 5, 21), nuestro Señor pide la paz del corazón y denuncia la inmoralidad de la cólera homicida y del odio” (catecismo de la iglesia católica número 2302). En segundo término, el compendio citado, reflexiona y afirma: “por tanto, solo una decisión de los organismos competentes, basadas en averiguaciones exhaustivas y con basados motivos, puede otorgar legitimación internacional al uso de la fuerza armada…”
De estos elementos se desprende que la “legítima defensa” a la que se refiere la iglesia tiene que ver con acciones militares promovidas por organismo internacionales competentes (ONU, OEA, EU, MERCOSUR, ETC), en aras de preservar la Paz y cualquier circunstancia que ponga en riesgo la humanidad, recordemos que la ONU, nace después de la “barbarie” de la segunda guerra mundial en donde fallecieron más de 50 millones de seres humanos.
A mi modo de ver, confundir la “legítima defensa” con soluciones violentas es un error peligroso que puede culminar con una situación peor de la que se estaba, distinto es la “resistencia no violenta”, definida por Ghandi como: “la verdadera ahimsa debería significar que el hombre se encuentra totalmente liberado de su mala voluntad, de la cólera y del odio, a fin de dejar sitio a un amor desbordante a todos los seres”
Es importante recordar que uno de los objetivos centrales de la Doctrina Social de la Iglesia es alcanzar el Bien Común, siendo imprescindible para ello el reconocimiento de todos los seres humanos como hijos de Dios, provistos de un alma que nos hace bondadosos y fraternos, quizás este sea el reto más grande que tengamos los laicos en los tiempos por venir: “construir la Paz, por nuestra propia voluntad emanada de Dios y no por imposición violenta”
DC / José Lombardi / Presidente Copei Maracaibo / @LombardiJose