Unos y otros, por José Lombardi (@LombardiJose)

Pasan los años en Venezuela y seguimos en la peligrosa división de ricos/pobres, malos/ buenos, revolucionarios/contrarrevolucionarios, leales/traidores, patriotas/apátridas, pitiyanquis/antiimperialistas y todo calificativo que permita profundizar la fractura política y social que genere confrontación.

Estas son divisiones que en un sistema democrático institucionalmente consolidado no pasaría de la retórica, en el caso venezolano no es así, al respecto el politólogo John Magdaleno sostiene: “si no existiera en Venezuela un grueso segmento de la opinión pública que se define como de ninguno de los dos bandos, técnicamente los denominados no alineados, que a excepción de los periodos electorales ronda el 40% de la población, el 11 de Abril de 2002 hubiera sido el inicio de una guerra civil en Venezuela”

Según las últimas encuestas publicadas por (Hercom, Ivad, Instituto venezolano de análisis de datos, Ucab, etc) los “no alineados” han descendido del 40% mencionado por Magdaleno en el escenario del 2012 a un 20% en el 2016, definiendo así su postura política, sin embargo y a pesar de que todas las encuestas recientes coinciden el en el deseo mayoritario de los venezolanos en un cambio de gobierno (70%), tenemos entre un 20% y 30% que sigue identificándose con el chavismo.

Si asumimos como válida la tesis de Magdaleno, se estaría configurando en Venezuela un escenario más peligroso que el del 2012, la disminución del segmento “no alineado” da como resultado que los bandos en conflicto son los que predominan, influyen y determinan el curso de los acontecimientos de la nacion, a pesar de que uno de ellos tiene mayoría en aceptación popular el otro mantiene y ejerce el control institucional.

Ante la carencia aparente de voluntad en llegar a una negociación, arreglo, pacto o como se quiera definir, Venezuela es una “olla de presión” que puede estallar en cualquier momento con resultados imprevisibles cuyos mayores afectados serán la mayoría de venezolanos que no pertenecen a ninguna de las cúpulas de los bandos en conflictos.

Reiteradamente, hombres como el papa francisco, Lech Walesa, Oscar Arias y hasta Lula da Silva han manifestado la necesidad urgente de alcanzar un dialogo constructivo entre Gobierno y Oposición, cuyo objetivo central debe ser detener la confrontación, estableciendo reglas mínimas de coexistencia democrática.

Venezuela no puede seguir entre unos y otros, todos somos venezolanos, los encargados del direccionamiento de la nación deben sobreponer los intereses generales (Venezuela) sobre los particulares (bandos), pretender imponer una agenda de guerra es contrario al espíritu de la mayoría de los venezolanos, todavía estamos a tiempo de detener la locura de una minoría extremista, radical y egoísta que pretende llevarnos a una confrontación sangrienta de venezolanos vs venezolanos.

El cambio político, económico y social que aspira la inmensa mayoría de los venezolanos es posible alcanzarlo en Paz, el poder institucional controlado por unos pocos, jamás podrá prevalecer sobre la poderosa voluntad de un pueblo con deseos de cambio.

 

DC / José Lombardi / Presidente Copei Maracaibo / @LombardiJose

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