Más de 70 años después de verse obligados a dejar la escuela para alistarse y participar en la Segunda Guerra Mundial, tres amigos hispanos de California (EE.UU.) se reunieron para graduarse de la secundaria.
Julián López, de 90 años, Tony Romero, de 89, y Lupe Malacate, de 90, se conocieron en la escuela a finales de la década de 1930, y su amistad logró superar muchas batallas, la última fue recibir su diploma de bachillerato en el Abraham Lincoln High School de Los Ángeles, la misma que tuvieron que abandonar en 1944.
«Nunca creí que fuera a lograr este triunfo y es mucho más emocionante de lo que pensé y al lado de mis amigos fue lo más importante», dijo Romero a Efe.
Los hispanos, de ascendencia mexicana, fueron reclutados al mismo tiempo, pero fueron enviados en misiones diferentes: Romero fue asignado a una base en Filipinas, López estuvo en la fuerza naval y Malacate batalló en Alemania.
«En esa época lo obligaban a uno a irse a la guerra y dejar los estudios y la familia. No había otra opción», recordó López.
Durante años, los amigos no supieron nada el uno del otro, y no fue sino hasta que regresaron a Los Ángeles que se volvieron a encontrar y continuaron con ese lazo de hermandad que aún sigue intacto.
Desde el inicio de esa amistad, una mujer se dedicó a alimentar la camaradería de estos tres latinos, Henrietta López, de 89 años, que también fue compañera de estudios de los veteranos.
A los 15 años se enamoró de López y también sufrió los estragos de la guerra: «Yo estaba muy enamorada y pues decidimos casarnos cinco días antes de que él se marchara a la guerra. Me quedé muy triste pensando en que tal vez no volvería a ver a mi esposo y a mis amigos», relató.
Además, Henrietta también tuvo que abandonar la escuela, pues en ese entonces las normas no permitían que una mujer casada permaneciera en la escuela secundaria.
Como en todos estos años de complicidad, ella se unió a la aventura de los «three (tres) amigos» y también obtuvo su diploma de secundaria.
La amistad ha sido tan fuerte que Malacate y los López son compadres. Los dos veteranos, además, trabajaron más de cuarenta años para la misma compañía de productos de construcción, mientras que Romero se convirtió en un experto en medidores de gas.
A pesar de haber superado las dificultades de graduarse a su edad, los cuatro hispanos, que hablan fluido inglés y español, reconocen que también hubieran querido ir a la universidad.
«Cuando regresamos tuvimos que ponernos a trabajar, teníamos que ayudar a nuestras familias, eso no dejó que regresáramos a estudiar» recordó Romero.
Pero Connie Miranda, hija mayor de los López, se dio a la tarea de lograr que los tres latinos y la amiga inseparable cumplieran por lo menos una parte de su sueño.
Finalmente, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) y la escuela Abraham Lincoln High School entregaron a los cuatro hispanos su diploma junto a un centenar de jóvenes.
Los aplausos no cesaron cuando los latinos alcanzaron un logro académico que había quedado pendiente 71 años atrás, cuando les faltaban muy pocos meses para graduarse y ya tenían sus requisitos para recibir su diploma.
«Siempre quise lograrlo, no sé por qué pero pensaba que lo iba a necesitar algún día», aseguró Malacate.
Los recién graduados quieren convertirse en un ejemplo para los jóvenes hispanos que están terminando su preparatoria.
«No pueden dejar de estudiar, mucho más ahora que la vida es más difícil. Cuando se es joven, el mejor lugar para estar es la escuela», opinó Henrietta.
Los tres amigos, que aún viven cerca los unos de los otros, disfrutan del cuidado de su jardín y su vida tranquila, rodeada de hijos, nietos, bisnietos y hasta tataranietos, aunque se ha visto algo alterada por las felicitaciones que llegan a sus casas por su graduación.
«Dicen que volvimos a ser sus héroes, tal vez sí», se alegró Romero.
DC|Agencias