La oposición venezolana volvió hoy a activar su maquinaria para movilizar a los miles de partidarios que deben acudir a validar sus firmas para activar un referendo para revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro, un proceso que avanza en su segundo día en medio de denuncias de “trabas”. Se conoció que los estados Cojedes, Trujillo, Apure y Guárico, ya alcanzaron la meta (1%).
Cientos de “movilizadores” de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) comenzaron desde temprano a trasladar a opositores hasta los poco más de 100 puntos activados por la autoridad electoral en todo el país para que certifiquen la validez de sus firmas que fueron ya verificadas para participar en el referendo.
Estos voluntarios para la movilización de personas han habilitado autobuses y vehículos particulares que trasladan a los firmantes hasta los centros de validación ubicados en zonas distantes, una situación que, según los opositores, es consecuencia de una decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) para hacer cuesta arriba el proceso.
“El proceso está marcado por la determinación y el sacrificio de la gente que ha tenido que pasar horas en cola porque el CNE puso una lógica inversa a la agilidad y el respeto al pueblo que es donde hay más gente menos máquinas, y donde hay menos gente más máquinas”, dijo a Efe el representante de la oposición ante el Poder Electoral para este trámite, Juan Carlos Caldera.
Los voluntarios han tenido que trasladar a electores de uno a otro municipio a más de cien kilómetros para que puedan validar sus firmas en los puntos que fueron habilitados.
En el poblado de Ocumare de la Costa del estado Aragua, “donde no hay ni mil personas para validar hay cuatro máquinas y en Girardot que es la capital del estado solo hay tres máquinas para más de 30.000 personas”, indicó el dirigente opositor para citar uno de los casos.
A esta denuncia sumó una supuesta “operación morrocoy” (tortuga), que busca hacer lento el proceso y “hacer mucho más complejo lo que ya está afectado por la escasez de máquinas”.
DC | EFE