En la profundidad de un pozo de aguas negras, putrefactas y llenas de animales, habitantes de los sectores Los Pozones y El Hornito, encontraron cauchos que durante años fueron arrojados allí como desecho.
El hallazgo corrió como pólvora por toda la parroquia Germán Ríos Linares, del municipio Cabimas, y así comenzó un negocio que ayuda a subsistir a quienes se zambullen a todos los diario para sacarlos y luego venderlos a un precio solidario como “chivas”. Ingrid Freiles, vecina del sector, contó: “Hace muchos años, los trabajadores de las caucheras de la zona los lanzaban a los pozos para deshacerse de ellos. Un niño fue el primero es sacar uno para la venta”.
Ellos arriesgan la salud
Zeus Romero se lanza todos los días a las lagunas a buscar cauchos junto a sus amigos del callejón Farial, en Los Pozones. Los jóvenes han aprendido a reconocer las medidas de los neumáticos con tan solo tocarlos bajo el agua. “Los sacamos, los evaluamos, los reparamos con parches, los pintamos con manto y luego los ponemos a la venta. Los precios son económicos, desde 500 a 3.000 bolívares. Los interesados vienen del cualquier parte del municipio pa’ comprarlos, especialmente los choferes de los por puestos. Las ‘chivitas’ les duran unos 15 días, aproximadamente”, explicó el joven.
Ya quedan pocos cauchos que puedan servir para la venta, pues muchas personas se han embarcado en esta aventura que compromete su salud. “Ahora, con este negocio, estamos resolviendo la papa, por el tiempo que dure. Lo que ganamos sirve pa’ ayudar a nuestras familias, los precios de los productos de la cesta básica, como en todas partes, están por las nubes. La situación es dura”, finalizó el chico.
DC | Panorama