Aunque todavía algunas calles eran recorridas por grupos vandálicos, los dueños de negocios, más pequeños se dedicaron a reparar los daños en las puertas y a reforzar las rejas de seguridad. «Esto está horrible y nadie sabe cómo va a terminar», exclamó Carolina Bermúdez.
“No tenemos nada en la nevera ni dónde poder ir a comprar”. Todos los negocios estuvieron cerrados y no había comida en ningún mercado. Reclaman que el vandalismo se aproveche del hambre para arrebatar carteras y robar a la gente atrapada en el tráfico.
La ciudad siguió ayer bajo fuerte custodia de la GNB, el Sebin y las policías regional y municipal. El gobernador informó que fueron detenidas 400 personas, mientras que la Cámara de Comercio constató que 100 locales fueron saqueados y aún están calculando las pérdidas. Se confirmó la muerte de una segunda persona: Cruz Eduardo Rodríguez Brito, de 35 años de edad. Las clases fueron suspendidas esta semana.
DC|Agencias