Un sinfín de apodos calificaban a uno de los mejores exponentes de la salsa en el mundo. Héctor Lavoe, el hombre que respira debajo del agua, el rey de la puntualidad y el que todo el mundo conoce sin si quiera mencionar su nombre: El Cantante.
Lavoe cumpliría este 29 de junio 70 años de edad, y el mundo sigue recordando el legado que dejó en la música latinoamericana y que aun sigue vivo.
Las nuevas generaciones sin conocerlo corean sus canciones. Héctor Juan Pérez Martínez nacido en Ponce, Puerto Rico en 1946, llegó para quedarse, gracias a su estilo irrepetible a las cualidades que su voz tenía y que lo llevaron a tener una carrera exitosa en el ámbito musical.
En 1966 se unió por primera vez a algunos de los que luego se convertirían en cantantes de la legendaria orquesta Fania All Stars. Adalberto Santiago, Pete Conde Rodríguez, Tito Puente, Richie Ray, entre otros sonearon por primera vez lo que poco tiempo después sería el boom latino más famoso de New York. Más tarde conoció a su eterno amigo, Willie Colon. Con el compuso un sinfín de canciones que lo llevaron a lo más alto de la salsa. “Ambos conocimos el mundo en el barrio del Bronx. Aprendí a hablar español con Héctor, aunque al principio entendí lo que me decía. Recuerdo que tenía un sentido del humor brillante y era un gran imitador de cantantes”, dijo Colón en una entrevista.
Tristemente después de una década de muchos éxitos El Cantante fue diagnosticado con VIH por el uso de agujas compartidas para inyectarse drogas. Los vicios relegaron a la máxima estrella de Fania al desatino, la cancelación de conciertos y presentaciones precarias hasta en silla de ruedas.
Hoy el mundo celebra el nacimiento de un eterno trovador. En especial los puertorriqueños radicados en New York que rinden homenaje todos los años en el “Frank E. Campbell Funeral Home” situado en la calle 81 y la avenida Madison en Manhattan.
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